Resulta cuando menos paradójico que cuando buena parte del establishment de la provincia se está rasgando las vestiduras por la infra-financiacion en los Presupuestos Generales del Estado (somos el último mono, literalmente) el alcalde de Alicante, Luis Barcala, se dedique a lanzar bombas de humo. Bombas o bombazos: escojan ustedes mismos. Me refiero al rocambolesco anuncio de que Alicante aspira a albergar una especie de franquicia del Museo del Hermitage, una de las principales pinacotecas del mundo que ya tiene sedes, con desigual éxito, en Amsterdam, Ferrara y Londres.
Digo rocambolesco porque el anuncio de don Barcala lo hizo él mismo a propósito de una misiva que le remitió al conseller de Cultura, Vicent Marzà, en respuesta a las intenciones de la Generalitat de comprar el tercio municipal de Teatro Principal. Ahí es donde deslizó lo de la pinacoteca de San Petesburgo, a sabiendas de que María José Catalá, número dos del PP regional y portavoz municipal en el Ayuntamiento de Valencia, también en Les Corts, ya le había instado al alcalde Joan Ribó lo mismo: que se tomara interés para que la capital del Turia optara a la franquicia. Y a sabiendas también de que el alcalde de Sevilla, el socialista Juan Espadas, lleva trabajándose el tema desde hace casi hace dos años: entablando conversaciones con los promotores privados de un proyecto que requería de una inversión de más de 50 millones de euros. 52. Además de Sevilla, también optan la multi-museística Málaga y Madrid, la capital de Reino, toda vez que la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, haya desestimado la candidatura de la ciudad condal, de la misma forma que desestimó, en compañía de otros, la ampliación del aeropuerto. Barcelona es poderosa.
Los medios, obviamente, han acogido con sumo escepticismo la bomba de humo del regidor alicantino, más aún tras el monumental fiasco que se produjo el pasado mes junio cuando el grupo de Gobierno de la Diputacion (PP/Cs) deslizó las aspiraciones para que el Museo de Bellas Artes del Palacio Gravina acogiera un trozo, de segunda división, de la colección que tiene Tita Cervera en Málaga (que no es el Thyssen-Bornemisza de Madrid, de propiedad estatal).
La noticia por tanto no es la bomba de humo, que es lo que quería el señor Luis, sino el escepticismo. El tiro le ha salido por la culata. Se lleva a matar con Marzà, más si cabe que Julia Llopis, y se permite la sorna de lanzarle una indirecta con lo del Hermitage, sorna que no se ha reflejado en ningún medio de ámbito nacional. Las sornas no suelen ser noticiables, salvo excepciones. No sé: lo mismo se planta el alcalde un día de estos en el Kremlim para hablar con el mismísimo Putin.
Alicante tiene tres toros bravos que lidiar: 1) El Cine Ideal: aquí sí que tiene la Generalitat una oportunidad de oro de hacerse con la propiedad y generar un espacio/hito para la cultura visto que la opción para usos hoteleros es prácticamente inviable dadas las férreas condiciones que han puesto los técnicos de la Conselleria de Cultura. 2) El futuro de las instalaciones de La Británica donde el concejal de Urbanismo, Adrián Santos, ya ha dibujado un boceto de usos sin encomendarse ni a dios ni al diablo y cuando ni siquiera se ha formalizado la transferencia de la propiedad, del Estado al Ayuntamiento. Este toro bravo requeriría, en todo caso, de un concurso de ideas. 3) A largo plazo: los usos culturales del actual edificio de la Comandancia de la Guardia Civil, sustentado en el antiguo Hospital del Rey; todo pendiente de una permuta para que la Benemérita se traslade a un solar en Rabasa (que farragosa e insoportable es la burocracia). Se me olvida el Convento de las Monjas de la Sangre: con la Iglesia hemos topado.
¿Será por falta de contenedores culturales, incluida la restauración del gigantesco conjunto de Las Cigarreras? Es una pregunta que me formulo con frecuencia para llegar a una única conclusión: hay espacios culturales de sobra; lo que faltan son ganas, ingenio, y, fundamental, dinero (público, privado, y/o una mezcla de ambos). También sobran las bombas de humo. Aburren y huelen fatal.
CODA 1. Pilar Tébar está intentando echar el resto para reflotar el Instituto de Cultura Juan Gil-Albert, de la Diputación. Mucho tesón, y muchas ganas. Quien la sigue la consigue.
CODA 2. Estupor en los ambientes culturales de Elche por el nuevo cartel del Festival Medieval que se va a celebrar en breve, y que suple al anterior. En fin. Mejor me callo.