Pastor protestante y maestro, su figura ha sido bastante desconocida hasta su aparición en el último film de Amenábar. Se formó y vivió en Alicante. A finales de la dictadura de Primo de Rivera, pasó a militar en el renovado y pujante movimiento republicano alicantino. Su amistad con Unamuno de nada sirvió para evitar su detención y su muerte
ALICANTE. Atilano Coco Martín ha sido una figura prácticamente desconocida, hasta ahora, para la sociedad española. Sin embargo, gracias al éxito que está teniendo la película de Alejandro Amenábar, Mientras dure la guerra, el gran público ha podido conocer a este personaje, interpretado por el actor Luis Zahera, un bondadoso pastor de la Iglesia Española Reformada Episcopal (IERE), que desarrolló una íntima amistad con el rector de la Universidad de Salamanca, Miguel de Unamuno. De esta forma, se ha tenido conciencia del drama de su detención y muerte, y cómo estos hechos afectaron al anciano profesor.
Atilano Coco se había convertido, para su desgracia, en el paradigma de todo aquello que odiaban los sublevados de 1936: era protestante, republicano, masón y maestro. Y eso le costó la vida, con apenas treinta y cuatro años de edad. Una fría madrugada salmantina, la del 9 de diciembre de 1936, casi con toda seguridad en el monte de La Orbada, a unos veinticinco kilómetros de la capital, era víctima de una 'saca'—una ejecución extrajudicial— tras haber permanecido encarcelado en la Prisión Provincial desde su detención, el 31 de julio, apenas dos semanas después de que en Salamanca triunfara la sublevación militar.
* Lea el artículo completo en el número de 32 de la revista Plaza
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