ALICANTE. La nave de Suavinex en el polígono de Las Atalayas de Alicante no alberga solo las instalaciones de la empresa alicantina líder del sector de la puericultura ligera en España. En un extremo de la manzana que ocupa la antigua Laboratorios Rimar, aunque sin identificar en el exterior, se alza el cuartel general de Blue Sea Laboratories, la nueva empresa creada por Mediterranea Experience y Suavinex para crear cosméticos y productos sanitarios con agua de mar. Concretamente, del Mediterráneo.
Entramos al laboratorio para recorrerlo de la mano de su director general, Albert Fernández. Blue Sea Laboratories ocupa 3.500 metros cuadrados distribuidos en tres plantas, en un espacio arrendado a Suavinex dentro de sus instalaciones. La empresa, participada al 50% por cada uno de sus impulsores, se beneficia de la capacidad logística y la red de distribución de la empresa que preside Rafael Lubián, para quienes fabrican también cremas y geles. En este caso, productos clásicos, sin agua de mar. Blue Sea nació como idea en 2015: la también alicantina Mediterranea Experience ya había consolidado sus productos de alimentación con agua de mar (como la cerveza Er Boquerón, o las pizzas), y decidió lanzarse a desarrollar la patente en el campo cosmético, con Suavinex como partner.
El laboratorio se terminó de construir en enero del pasado año, y en marzo se inició la comercialización del primer producto, un dermocosmético. El proceso empieza en la planta superior, donde Blue Sea tiene una zona de I+D y dos laboratorios, uno físico-químico y otro microbiológico, donde se realizan cultivos. El segundo está completamente aislado del resto y sobrepresurizado para evitar contaminaciones: si hay un accidente, la presión se desplaza desde la zona limpia a las más sucias. En esta planta se encuentra también el almacén de materia prima, cuidadosamente analizada antes de entrar a formar parte del proceso, y el acceso a los reactores y fusoras donde Blue Sea crea sus geles y emulsiones.
En la planta intermedia, diseñada para los últimos pasos del proceso productivo, es donde se realiza también el tratamiento del agua. El agua purificada circula por todas las instalaciones gracias a un sistema de bombas, de manera que en cualquier punto se puede acceder a la red para utilizarla. Destacan también diez tanques donde se almacena el producto que sale de los reactores, de forma que estos pueden estar continuamente en funcionamiento. En los tanques-nodriza es donde se almacena el producto final para pasar la cuarentena. Obviamente, esta no dura cuarenta días, sino entre tres y cuatro. Una vez que las pruebas de laboratorio dan el visto bueno y garantizan que el producto no está contaminado, se envía a la planta baja, donde está la zona de envasado.
En Blue Sea Laboratories trabajan 45 personas, de las que 26 están en la planta que hemos recorrido. Son farmacéuticos, químicos, ingenieros, operarios y personal administrativo. La firma puso en el mercado su primera línea de producto, EBBE, para tratar problemas de piel como la dermatitis o la psoriasis, en marzo de 2017. El pasado mes de enero vio la luz la segunda línea, Sea4, enfocada en este caso a la higiene bucodental: colutorios formulados con agua de mar prescritos para tratar problemas como la gingivitis o el sangrado de encías. Aunque las dos primeras líneas se caracterizan por enfocarse al tratamiento de problemas de salud, la evolución de Blue Sea Laboratories avanza, en el caso de EBBE, hacia el cuidado diario de la piel: en septiembre está previsto el lanzamiento de un serum con esta finalidad.
Por el momento, los productos propios que salen de Blue Sea Laboratories se distribuyen en España, exclusivamente a través de la red de farmacias y de parafarmacias. Se trata de un producto 'de prescripción', por lo que la empresa huye de las grandes superficies. Recientemente se ha introducido en Albania, ante el interés que despertó en un distribuidor local el producto, que conocieron en una feria. Y se está ultimando el salto a Portugal, que tiene una forma de distribución muy similar a la española y donde Blue Sea ya cuenta con un partner. La firma, que comenzó a distribuir sus productos en marzo de 2017, cerró su primer ejercicio con una facturación de 2,1 millones de euros, según su director general, y las previsiones para 2018 (en enero comenzó a distribuir su segunda gama) pasan por triplicar ese dato y alcanzar, si nada se tuerce, los 6,5 millones de euros. Y seguir innovando.