ALICANTE. El proyecto de recuperación arquitectónica de la antigua fábrica de tabacos de Alicante, que aspira a transformar el conjunto de edificios en un centro polivalente con predominio de usos culturales y formativos, cubre su primera etapa con la puesta en funcionamiento de una de las alas que configuran el edificio de la conocida como Casa de Misericordia, en el acceso principal del antiguo recinto industrial.
Esa parte del complejo, de unos 2.500 metros cuadrados, ya acoge los primeros usos públicos al convertirse en sede de las oficinas del equipo de formación y capacitación para el empleo de la Agencia de Desarrollo Local y el de la Edusi: dos servicios en los que se desarrollan cursos y se da impulso a las iniciativas contempladas en la propia Edusi, como iniciativa de revitalización del área contemplada entre el Castillo de Santa Bárbara y el de San Fernando -en la que se encuadra el proyecto de Cigarreras-, que ya ha supuesto una inversión global de 37,2 millones, cofinanciados al 50% con fondos europeos Feder y aportaciones municipales desde que se puso en marcha, en el año 2016.
Con todo, todavía queda mucho por hacer. La actuación se divide en cuatro fases distintas para abarcar los 55.000 metros cuadrados del conjunto de inmuebles que componen la antigua fábrica aún sin uso, después de que se pusiera en marcha centros como la Caja Negra, la Casa de la Música, el Secadero o la nave dedicada al Patrimonio Cultural. Para completar esas cuatro fases, se calcula un desembolso global de cerca de 50 millones con trabajos a desarrollar de forma progresiva en los próximos años, para los que no se cuenta con plazos concretos. Por lo pronto, el equipo de gobierno solo contaría con la certeza de seguir promoviendo la realización de las tres fases restantes, en base al plan director trazado por Ramón Esteve Estudio de Arquitectura, con la confianza en poder seguir captando financiación europea a través de la próxima convocatoria de los fondos Edil (el programa comunitario que sucede a la Edusi).
Con ello, se persigue que el conjunto arquitectónico se convierta en una palanca que permita dinamizar los barrios de su entorno como revulsivo cultural y económico -al abrazar usos formativos y vinculados a la innovación- que, además, permita vertebrarlos al convertirse en un espacio comunicado, accesible y transitable para desplazarse entre los barrios de San Antón, Carolinas y El Pla.
De hecho, como se anticipó en la presentación del plan director, en marzo de 2021, la transformación del conjunto de edificios contempla el derribo del muro perimetral de la antigua fábrica, así como la creación de pasajes transversales y espacios ajardinados para favorecer los desplazamientos peatonales transversales, desde la calle Cuesta de la Fábrica hasta la calle Adolfo Blanch, sin necesidad de rodear toda la manzana, como sucede ahora.
Por lo pronto, el siguiente paso en la recuperación del complejo se materializará en un plazo de unos seis meses. Para entonces, se prevé habilitar nuevos espacios en el ala de la Casa de Misericordia ya rehabilitados en esos 2.500 metros cuadrados de la fase inicial para que todas sus dependencias comiencen a tener uso público con la creación de un espacio para exposiciones y una sala de estudio abierta 24 horas, además de espacios de coworking, y salas dedicadas a la innovación, a la formación y capacitación laboral. De hecho, ya se ha puesto en marcha el proceso de licitación para adquirir el mobiliario necesario con el que poder equipar esas instalaciones.
El próximo hito del proyecto de recuperación se producirá entre octubre y noviembre de 2025, cuando se prevé dar por finalizada la rehabilitación de la segunda ala de la Casa de Misericordia hasta completar una primera inversión de 12,5 millones, en la que pasa por ser la principal inversión acometida por el Ayuntamiento en los últimos 20 años, tanto en desembolso económico como en envergadura y repercusión.
En esa segunda parte de la Casa de Misericordia se habilitarán otros usos culturales, como un espacio para el desarrollo de las artes escénicas, en el que se incluirá zona de camerinos, entre otras dependencias todavía con destino definir, al margen del desarrollo de una segunda sala expositiva todavía de mayor tamaño.
Para entonces, se contará con 6.200 metros cuadrados de espacios recuperados y disponibles para uso público. Y, en paralelo a la ejecución de esas obras finales de recuperación del inmueble , se prevé cerrar el modelo de gestión que se pretende imprimir al conjunto de esos primeros espacios.
Después, se pretende activar el desarrollo de la segunda fase de las cuatro contempladas en el plan director, en la que se incluye el conjunto de edificios situado entre la Casa de Misericordia y el Secadero. En ese espacio, que abarca un patio interior de grandes dimensiones en forma de 'U', y las salas que ya se consolidaron y rehabilitaron en una fase de intervención previa (ejecutada en el complejo hace más de dos mandatos), también se contemplan más usos culturales por definir. En principio, se baraja la disposición de una gran Biblioteca Municipal, así como más espacios formativos, que ya habrían suscitado el interés de la Escuela de Arte Superior de Diseño de Alicante (EASDA).
En ese ámbito también se incluye la recuperación del refugio subterráneo de la Guerra Civil hallado durante las catas previas a la ejecución de las obras, con el propósito de que sea visitable (como los cinco refugios ya acondicionados con ese fin hasta ahora), así como la posibilidad de que esas nuevas dependencias puedan acoger el futuro museo de la Semana Santa.
Todavía no existen plazos cerrados para la ejecución de esa segunda fase, aunque el objetivo del equipo de gobierno es que a lo largo de 2025 pueda licitarse la construcción de otras dos dotaciones incorporadas en el plan director en ese ámbito concreto del complejo. Se trata de dos estacionamientos subterráneos que podrían tener alrededor de 200 plazas cada uno. Con ello, se contribuiría a solventar la falta de plazas que presentan el conjunto de los barrios del entorno, como ya se anticipó durante la presentación del plan director.
La tercera fase de intervención abarcaría el espacio del edificio conocido como Secadero. Y la cuarta, correspondería a su parte parte posterior, en la que también se contemplarían todavía usos por definir, entre los que se ha llegado a plantear la posibilidad promover la construcción de viviendas que puedan acoger a los participantes de las residencias culturales que ya se desarrollan en el complejo.
Toda la intervención encaja, además, en el diseño de la denominada Operación Integrada número 4 (OI/4). Es decir, el plan de ordenación llamado a redefinir el ámbito comprendido entre la Plaza de Toros y las faldas del Castillo de Santa Bárbara, con predominio de los recorridos peatonales, según concretó este miércoles el arquitecto responsable del diseño del proyecto de rehabilitación de Cigarreras, Ramón Esteve.
Por lo pronto, tanto Esteve como el alcalde, Luis Barcala -que participó en la visita a la parte del edificio ya rehabilitado y en uso- destacaron que en los trabajos de rehabilitación y recuperación ya efectuados, se ha tratado de "recuperar el espíritu del edificio original" después de eliminar elementos impropios y subdivisiones que se llegaron a ejecutar en el complejo para adaptar a las necesidades que fueron surgiendo durante su uso como fábrica. En esta línea, se está recuperando materiales originales, como las cubiertas de madera, arcos de composición singular o incluso maquinaria utilizada para la fabricación de tabaco, así como la recreación de sus espacios ajardinados, incluso con las especies vegetales primigenias. "Lo complejo era arrancar", insistió el primer edil. Y aseguró que la voluntad del equipo de gobierno es seguir trabajando con el desarrollo de las obras pendientes de forma progresiva.