ALICANTE. El rumbo para el futuro del complejo de Las Cigarreras de Alicante ya está trazado. La propuesta redactada por el equipo de arquitectos que lidera Ramón Esteve prevé convertir la antigua fábrica de tabacos en un espacio polivalente compatible para la instalación de startups y empresas de base tecnológica, ligadas a la iniciativa municipal Alicante Futura; para el desarrollo de labores educativas y de formación; y para la generación de otros usos culturales, al margen de los que ya coexisten en la actualidad, en sedes como la Caja Negra o la Casa Música. Entre esos nuevos usos, figura ya la posibilidad de albergar la Biblioteca Municipal, ahora asentada en el centro social de La Florida, como avanzó este diario.
En ese fin, además, se contempla la apertura física del recinto industrial a la ciudad, con el derribo de la mayor parte del muro que cierra su perímetro (se prevé preservar parte de él como huella, tras su reconversión en bancos), de modo que pueda convertirse en un espacio capaz de regenerar y vertebrar los barrios de San Antón, Campoamor y Carolinas Bajas: uno de los objetivos fundamentales de la Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible Integrado (Edusi), en el que se sustenta la mayor parte de la financiación de los trabajos, a través de fondos europeos.
De ahí que, al margen de la actividad y del dinamismo que genere la implantación de esos nuevos usos, también se haya contemplado la instalación de un restaurante y de una cafetería. Y que se haya previsto la creación de dos aparcamientos subterráneos con un total de entre 600 y 700 plazas para dar solución a los problemas de estacionamiento del entorno, en los que también se prevé llevar a cabo distintas actuaciones de reurbanización de calles, con ampliación de aceras y redistribución de espacios para el estacionamiento.
En su conjunto, una vez rehabilitado, el complejo ofrecerá más de 55.000 metros cuadrados (55.968) entre espacios construidos y zonas abiertas ajardinadas -de tránsito entre ellos-, tras el desarrollo de las cuatro fases en las que se ha diseñado su transformación, de acuerdo con el Plan Director y de Usos trazado por el equipo de arquitectura de Ramón Esteve. Eso sí, por el momento solo una de ellas tiene plazos de ejecución más o menos definidos: la que afecta a la Casa de Misericordia. En principio, el calendario con el que trabaja el equipo de gobierno (el bipartito compuesto por PP y Cs) es que sus obras se puedan licitar antes de que finalice 2021, probablemente después del verano, para que las obras queden terminadas un año y medio después, entre finales de 2022 y principios de 2023.
La progresión del resto de fases sigue supeditada a la redacción de proyectos de ejecución concretos, vinculados al desarrollo de un nuevo proceso de participación pública en el que vecinos y colectivos profesionales podrán formular aportaciones. Esas próximas etapas también están condicionadas por a la definición del conjunto de la llamada Operación Integrada Número 4 (que engloba el entorno de la Plaza de Toros, así como parte de Carolinas Bajas y San Antón). Y, por último, dependen de la disponibilidad de fondos.
La Edusi de Las Cigarreras partía con un presupuesto de 22 millones (11 millones aportados por la UE y otros 11 por el propio Ayuntamiento), aunque parte de ellos ya se ha invertido en actuaciones como la recuperación del Tossal o la ejecución de proyectos de renovación del alumbrado público de varios barrios de ese ámbito. Con todo, según concretaron tanto el alcalde, Luis Barcala, como los ediles de Coordinación de Proyectos y Urbanismo, Toño Peral y Adrián Santos Pérez, se cuenta con otros 8 millones más en fondos Feder, canalizados a través del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (Idae).
¿En qué consiste y qué se contempla en concreto en cada una de esas fases? Este es el detalle de la propuesta elaborada por el equipo redactor para cada una de esas etapas, en las que se mantiene el compromiso de recuperar y poner en valor el conjunto patrimonial e histórico de la antigua fábrica de tabacos, "combinando con una dinamización armónica los elementos originales con los nuevos materiales", según insistió Esteve, a la manera de otras intervenciones desarrolladas por su gabinete de arquitectura en casos como el del centro de arte de Bombas Gens, en la ciudad de València. Incluso se contempla la posibilidad de "reconstruir algunos elementos que fueron demolidos en su momento, después de la labor de estudio arqueológico que hemos venido desarrollando para redactar el Plan Director", añadió.
La primera de esas fases se circunscribe al conjunto de la Casa de Misericordia, con acceso desde la calle Sevilla. La actuación, para la que se debe completar la redacción del proyecto de ejecución, parte con un presupuesto de más de 4,7 millones. El espacio dispone de 6.236 metros cuadrados distribuidos en tres plantas con distintos edificios conectados por dos claustros y un patio posterior. Esos espacios se destinarán a espacios creativo/tecnológicos, coworking, usos sociales, la biblioteca, oficinas Edusi, espacio para exposiciones, sala multiusos, y oficinas de dinamización turística.
De acuerdo con la propuesta trazada por Ramón Esteve, "la nave central de la antigua iglesia se propone en planta baja como vestíbulo principal con zonas exposición. En la planta superior, el gran espacio existente se propone como un espacio polivalente, gran sala de usos múltiples". Los claustros pequeños se usarán como espacios de descanso, área de eventos de pequeño aforo o área de exposiciones. Y en el claustro posterior, se plantea instalar una cafetería con terraza para descansar y comer.
La segunda fase se plantea reservar para uso educativo y socio cultural. Se compone de tres naves con tres plantas y un total de 5.042 metros cuadrados de edificación y dos aparcamientos con un total de 16.887 metros más, con 321 y 269 plazas cada uno. Las tres naves que forman el núcleo de Las Cigarreras se disponen de grandes salas laterales diáfanas y amplias que se prevé destinar para usos de índole educativa, social o cultural. En ese espacio, se completa la generación de plazas públicas, como la prevista en la conexión con la calle Adolfo Blanch, en la que se plantea ubicar "un restaurante que atraiga visitas y dinamice la zona" con una superficie de 395 metros cuadrados.
La tercera etapa consta de dos plantas con un total de 7.001 metros cuadrados que también se plantea reservar para uso socio cultural y educativo. De acuerdo con el Plan Director, esa una fase que da continuidad a la fase segunda y finaliza la rehabilitación de las naves, la gran pérgola del secadero -al que se prevé dotar de una cubierta vegetal- y la urbanización de espacios abiertos.
Y, por último, la cuarta fase se reserva para el desarrollo de equipamientos y la posible construcción de viviendas asociadas a la actividad del propio complejo, como la posibilidad de alojar a los participantes en residencias artísticas, por ejemplo. Dispone de diversas plantas con un total de 5.818 metros cuadrados e incluye el perímetro este de la parcela del complejo. Como refleja el Plan Director, se trata de "la zona más excluida actualmente, por el desnivel existente entre el grueso de los edificios que comprenden las anteriores fases". En concreto, la propuesta cree relevante eliminar el muro perimetral para poder usar el jardín superior como nexo de unión entre la parcela y la parte alta de la ciudad. "Para poder conseguir esta unión se plantea la posibilidad de realizar el derribo de parte de la edificación existente en la esquina sureste entre la calle Cuesta de la Fábrica y la avenida de Jaime II", añade.
Así, el conjunto de la actuación generaría 40.984 metros cuadrados de superficie construida y otros 14.538 metros de espacio público. El presupuesto necesario para desarrollar el 100% de la propuesta de recuperación todavía es una incógnita, ya que dependerá de cómo se concreten los proyectos de ejecución de las tres últimas fases. Como estimación, cuando se convocó el concurso de ideas para elegir al gabinete encargado de la redacción del Plan Director y de Usos, se apuntó que las obras de recuperación del complejo supondrían una inversión de más de 17 millones de euros. Por lo pronto, como avanzó este diario, el equipo de gobierno prevé licitar ahora una primera actuación valorada en 552.000 euros para consolidar y afianzar fachadas y recuperar vanos originales, entre otros puntos, mientras se desarrolla el conjunto de la intervención.