ALTEA. Altea te está esperando y está encantada de conocerte. Con la primavera la cúpula del Mediterráneo se engalana para recibiros y os invita a disfrutar del aire libre, de las calles llenas de historia y tradición, del mar, el sol y la montaña. Es el momento de hacer rutas en bici, practicar deportes náuticos y compartir momentos únicos como los que ofrece uno de los rincones más preciados de la Costa Blanca aprovechando las mayores horas de luz y las cálidas temperaturas.
Las vacaciones de Semana Santa y los meses que preceden al verano, Altea se llena de vida. Este pueblo marinero, impregnado de carácter mediterráneo identificado en todo el mundo por su inconfundible paisaje de casas blancas y tejas azules a los pies del Mare Nostrum y escoltado por las montañas es un destino que no deja indiferente a nadie. Que conjuga la tradición, la cultura, con la innovación, la sostenibilidad. Un lugar seguro y de vanguardia, único DTI certificado de menos de 50.000 habitantes.
Pasear por Altea es respirar cultura, impregnarse de tradición y de arte, mucho arte. Pasear por su casco antiguo, descubrir rincones mágicos, edificaciones históricas. Adentrase en sus calles, disfrutar de la mejor gastronomía mediterránea, descubrir esos pequeños talleres de pintores, artesanos, escultores… Momentos únicos para compartir y deleitarse en soledad.
Y si la cultura y la tradición son enseña del pueblo, también lo es su naturaleza. La primavera es el momento perfecto para disfrutar del maravilloso entorno natural que rodea Altea. Con el azul del mar y el verde de las montañas, donde el sol brilla casi cada día y la luz ofrece una variada paleta de colores. Es el momento de salir y respirar, de hacer deporte, de compartir y hacer de la estancia en Altea un momento inolvidable.
La costa alteana, con 6 kilómetros de playa y un rico fondo marino es el mejor lugar para los amantes de la náutica, con tres puertos deportivos en los que gozar de multitud de actividades. Snorkel, vela, kayak, buceo… Altea ofrece todo tipo de actividades para gozar del mar.
Para los que prefieren la tierra firme y la montaña es Altea el destino perfecto, pues muchas son las rutas senderistas por la Sierra Bernia y el Parque Natural de Sierra Helada. El rio Algar, es uno de los lugares más emblemáticos en los que disfrutar en familia de la naturaleza. Aunque nada como disfrutar de estos paisajes a dos ruedas, con diez rutas ciclistas en las que gozar todo el año. Una orografía y un clima perfecto para el ciclismo, aficionados y profesionales se mueven por nuestras carreteras y caminos disfrutando de un paisaje y unas condiciones únicas.
Cultura, tradición, naturaleza y deporte junto al Mar Mediterráneo, visita Altea, pues está encantada de conocerte.