SAN VICENTE DEL RASPEIG. La empresa alicantina Almendras Llopis, que ya va por la cuarta generación, y con sede en San Vicente del Raspeig está centrada en la producción y procesamiento de almendra y muy volcada en la exportación y la venta a mercados mundiales. Con una división industrial y otra agrícola, el Grupo Llopis ha decidido desinvertir en los activos de los que dispone en Portugal para impulsar, por otra parte, su centro de producción y procesado de almendra en Olivenza, en la provincia de Badajoz. Se trata de una operación en la que han sido asesorados por CBRE y que les permitirá poner el foco en su estrategia agrícola en Badajoz, donde gestiona 700 hectáreas de producción de almendro.
De este modo, como han asegurado fuentes conocedoras de la operación a este diario, el grupo ha vendido aproximadamente 450 hectáreas en el país luso con el fin de dar un empujón al centro de Olivenza y sus centenares de hectáreas que plantaron en 2017. Ahora, será para la compañía una plantación de referencia en cuanto a "productividad y sostenibilidad" en la península Ibérica.
Además, la firma ha puesto en marcha de forma reciente una avanzada planta de descascarado -a nivel tecnológico- para dar servicio a la zona. Fue a mediados de 2023 cuando Almendras del Guadiana -una de las compañías de Grupo Llopis-renovaba sus instalaciones con una nueva planta de limpieza y descascarado de almendra para aumentar su capacidad productiva. La inversión prevista en este caso se cifraba en 10 millones de euros y planeaban tenerla operativa en la campaña de 2023 para procesar hasta 250.000 kilos de almendra a diario.
La empresa ha apostado por Badajoz "por las condiciones idóneas para cultivos de alto valor". Además, progresivamente han observado una tendencia de incremento precios en la zona y tienen seguridad en cuanto al abastecimiento de agua y sus condiciones climáticas.
Ha sido el área de Agribusiness de CBRE, la firma internacional de consultoría y servicios inmobiliarios, la que ha asesorado al grupo de Almendras Llopis en esta operación. La empresa de San Vicente del Raspeig empezó su proyecto agrícola en 2008 en el área de Bajo Alentejo, en Portugal y se convirtieron en pioneros en la producción de almendras con el desarrollo de zonas rurales y con prácticas agrícolas que ayudaban "a maximizar el beneficio para el medio ambiente y favorecer la biodiversidad".
Tal y como ha detallado a Alicante Plaza el Associate Director de Agribusiness en CBRE España, Héctor Rodríguez, "es un placer contar con la confianza de Grupo Llopis durante todo el proceso de venta. A pesar de la situación de mercado, hemos podido maximizar el valor de sus activos aportando nuestra experiencia en operaciones a lo largo de toda la cadena agroalimentaria y nuestra especialización en compraventa fincas rústicas y asesoramiento en el crecimiento de operadores y empresas del sector" Y ha apuntado que la operación "es una muestra del interés por el sector agroalimentario español, que en los últimos años se ha profesionalizado y modernizado".
Desde CBRE iniciaron esta operación organizando un proceso competitivo y ordenado de venta para maximizar el valor de activos de clientes. Este ha sido un proceso cerrado en el que han invitado a inversores que, según el criterio de estos expertos, "encajaban en la oportunidad", según Rodríguez. El plan se ha dividido en dos fases. En la primera, compartían información ciega y en la segunda, una vez mostrado el interés, se creaba un contrato de confidencialidad y se compartía el resto de pasos.
En este sentido, la consejera delegada y directora general del Grupo Llopis, María José Llopis, se muestra muy satisfecha con la operación "Esta desinversión nos permite impulsar nuestro negocio agrícola en Badajoz para brindar el mejor servicio a nuestros clientes. La operación no hubiera sido posible sin la fuerte presencia del área de Agribusiness de CBRE en Iberia y también en Alicante".
En este sentido, Rodríguez ha puesto sobre la mesa la "perspectiva global del apetito en el sector, el agribusiness, muy interesante para inversores como un activo real y simple que permite actividad en el flujo de caja". También ha puesto el foco en la oportunidad de este negocio para planear mejor movimientos y para construir porfolios en periodos de inflación alto. Eso sí, la tendencia a nivel de compraventa atraviesa un momento de dificultad y riesgo en el cierre de operaciones, por lo que los inversores son más cautos a la hora de cerrar negocios.
En cuanto a los precios de la tierra, han vivido un incremento de más de un 10% en algunas regiones, pero se espera que la tendencia el próximo año crezca a menor ritmo o se estabilice en algunas áreas, según Rodríguez.
Según datos de la firma de consultoría, la inversión institucional en agribusiness en España sigue una tendencia positiva con un 20% más de actividad en 2022 respecto al año anterior, que llega a los 1.000 millones. En 2023, la cifra supera los 2.000 millones. En cuanto a la demanda, se observa un interés creciente por las fincas rústicas desde 2017, con 400.000 unidades transaccionadas de media en los últimos seis años, y 234.000 en el primer semestre 2023.
La empresa de San Vicente del Raspeig, según los últimos datos disponibles, los de su ejercicio de 2022, cerraron el año contable -lo hacen en el mes de agosto- con una bajada del volumen de ventas respecto al año anterior. Y es que, la guerra en Ucrania y en Rusia les afectó directamente, con una bajada importante de las ventas que hacían a ambos países. A esta situación se sumaba la incertidumbre de la contienda que también afectó a ventas en países limítrofes con el conflicto.
No obstante, ese mismo ejercicio, en la sección agrícola, todas las fincas disponibles estuvieron en producción. 2022 fue, según la memoria de la compañía en estas cuentas, "un año complicado por falta de lluvias y algunos períodos con escasez de agua en algunas cuencas". Eso sí, las perspectivas de cosecha fueron "muy buenas" en las fincas más jóvenes, de entre cuatro y cinco años. En este sentido, implantaron un plan de biodiversidad para "desarrollar una agricultura que se amigable con el entorno local y las especies autóctonas de la zona".
La firma, aunque tiene sus orígenes en el año 1923, fue constituida, tal cual se conoce hoy, en 1974. Fue entonces cuando se trasladan desde su sede original al Polígono Industrial de Canastell en San Vicente del Raspeig. En los años 80 la estrategia de la empresa se centra en la exportación de sus productos hacia un entorno mundial, algo que actualmente mantiene. En los años 90 empezaron su desarrollo tecnológico, con incorporación de nuevas líneas y nueva tecnología en la planta de procesado de almendras. La evolución de la firma continúa en estos momentos con más centros y el foco en la sostenibilidad.