ALICANTE. El escultor alicantino Carlos Lorenzo —coautor de la pieza Bocas que vuelan, con la que la ciudad de Alicante rinde homenaje a las víctimas de la covid-19 frente al Hospital General Doctor Balmis de Alicante— acaba de participar en el vigésimo noveno simposio de escultura en piedra trachite del municipio italiano de Fordongianus, en Cerdeña. Una iniciativa local que tiene como objetivo activar el turismo creando un parque escultórico en torno al balneario que se ubica junto a unas termas romanas. “Ha habido una organización muy buena que nos ha hecho sentir como en casa”, afirma el artista sobre su experiencia, que le llevó a recalar en aquel territorio, del 28 de julio al 5 de agosto, junto a otros cinco participantes: dos de Carrara, uno de Cerdeña, otro de Lombardía y uno belga.
Allí han creado sus obras personales, partiendo de un mismo bloque de piedra trachite, que es la piedra local, de tres metros de altura. “Teníamos que desarrollar nuestro proyecto dentro del plazo e interactuar con los visitantes que vienen a ver cómo trabajamos”, explica el autor, que asegura haber sentido el cariño de los vecinos y turistas. “Me he sentido muy a gusto trabajando allí y me siento muy contento de poder dejar mi obra con ellos”, confiesa, al tiempo que confirma que pudo plasmar su idea inicial sin inconvenientes. “Iba con una idea en la mente que he podido adecuar al bloque sin problemas”, confirma.
Un exoesqueleto pétreo en Fordongianus
El autor continúa trabajando en su proyecto de exoesqueletos, con el que da un paso más en esta pieza, que precisamente adquiere ese mismo nombre: Exoesqueleto. “Trabajo con la idea de los exoesqueletos animales que, al contrario que los humanos, conforman su parte dura en la zona externa, y estos crean formas y movimientos geométricos, que no dejan de ser orgánicos”, describe el artista. “Esta combinación me interesa, porque genera líneas rectas y curvas”, explica.