VALÈNCIA. Se comprende la disidencia como un desacuerdo de alguien respecto al sistema, una disconformidad frente a lo que se supone que “debe ser” dentro del grupo al que pertenece. Los estereotipos, por ejemplo, dictaminan muchas veces los comportamientos de dicho grupo, seguido de cuestiones como el cis-passing o la expresión de género. ¿Qué pasa cuando alguien que ya se sale de lo normativo lo hace aún más? A través del documental Som dissidents: el col·lectiu LGBT la artista Maria Canet le plantea esta misma pregunta a tres perfiles: Pol, persona trans no binaria; Lydia, mujer bisexual y David, bisexual y actualmente drag queen.
Canet trabaja a través de un documental testimonial estas diversas identidades, desde el “yo más puro'': “Cada uno cuenta su experiencia y cómo lo viven a través del colectivo, sin tapujos”. Acompañando a estas personas a vestirse, contemplando momentos de intimidad absoluta e incluso estando presente en momentos como el del pinchazo de testosterona Canet acerca al espectador a un relato nunca visto: “Al grabarles haciendo acciones de su día a día actúan con naturalidad, a pesar de la cámara, esto es lo que conforma una imagen íntima que hace que el relato llegue más”. El proyecto social busca acercarse a documentar estas disidencias y hacerlas visibles en nuestro entorno. Para ello se pone el foco en estos pequeños grupos que existen dentro de la propia comunidad LGBTI, que ya diside de la sociedad de por si: “Quería trabajar las disidencias diversas a través de algo con lo que me pudiera sentir representada, al formar parte del colectivo también”. El relato se compone pues a través de la expresión de género, la sexualidad y la estética de los tres perfiles que aparecen a lo largo del documental.
En un relato conformado a lo largo de un año, y con la pandemia de por medio, estas tres personas responden a algunas preguntas sobre su proceso y desarrollo. "¿Cómo te identificas?, ¿en qué momento te diste cuenta de que eras así?, ¿cómo te sientes ahora con tu cuerpo?" son algunas de las cuestiones que se les plantean tanto a Lydia como a Pol y David. La respuesta se ve principalmente a través de sus testimonios y complementadas con una exposición fotográfica que muestra la evolución (a un año vista) de estos tres protagonistas. David por ejemplo ha comenzado su carrera como drag queen, Lydia a día de hoy se siente más abierta con su sexualidad. En el caso personal de Pol por ejemplo “la procesión va por dentro”, desde lo que se relata en el vídeo sobre su transición e identidad hasta como es a día de hoy existe un cambio que tal vez no sea tan visible a simple vista pero si le cambia por dentro. “En las fotografías se pueden ver estos cambios, tanto de los procesos internos como de los externos”, aclara la artista, quien a través de la imagen y el montaje logra desmontar presuposiciones sobre el colectivo: “En el caso de las personas trans aún existe mucha desinformación, en el documental se habla de todo ello muy abiertamente, eso facilita las cosas”.