ALICANTE. Wallscapes (paisajes de pared, en español) es el resultado del proceso de evolución artística del fotógrafo Carlos Balsalobre (Alicante, 1970) desde sus inicios en la década de los 90. Enmarcado en el arte contemporáneo, pero a través de la fotografía, propone la búsqueda de la abstracción posando el interés de su objetivo sobre los muros que gobiernan en esta ciudad, como dice Duncan Dhu en su canción Cien gaviotas. El paisaje urbano, en muchos casos decadente, que deja imágenes de innumerables texturas con las que da buena muestra de la ambivalencia artístico-documental del medio que utiliza.
“¿Dónde termina el documento gráfico y empieza el arte, y viceversa?”, se pregunta el autor, sin lograr una respuesta. “En la fotografía, la materia prima es la realidad, entonces, ¿cómo hacer abstracción si estás tomando un documento fidedigno de la propia realidad?”, comenta. En esa investigación, crea un discurso a través de la descontextualización y magnificación de la obra. Una ampliación de tamaño con la que trata de sacar al sujeto de su propia realidad para llevarlo a otra distinta, la de la sala, entendiéndola de esta forma como una obra artística.
El discurso gira por tanto en torno al medio fotográfico en sí, relacionado con esa búsqueda de la abstracción a través de la fotografía. Y ahí, la ‘mochila experiencial’ o el bagaje cultural que ha ido acumulando por afición a lo largo de su vida, acercándose a la abstracción a través de la pintura expresionista o informalista, ha creado ese caldo de cultivo que ha ido generando sus propias identificaciones con estos movimientos artísticos. Desde su óptica, esa mancha, ese papel rasgado, ese cemento agrietado, bien podría ser extraído para exponerse junto a una obra de Antoni Tàpies o de Manuel Hernández Mompó.