ALICANTE. A raíz de la crisis del coronavirus, muchas personas con capacidades multidisciplinares se han agrupado para tratar de dar herramientas, inventos o ideas que ayuden a sobrellevar los problemas sanitarios y sociales derivados. Son múltiples las iniciativas solidarias que están tratando de aportar soluciones y de dar alternativas, en especial en el ámbito sanitario. Alicante Plaza trata de analizar, preguntando a personal experto. Desde la Universidad de Alicante (UA) responde Francisco Javier Esclapés, y personal del equipo de Diseño en ingeniería y desarrollo tecnológico (Didet) y de la Asociación Artefactos. Desde la Escuela Politécnica Superior de Alcoy contesta el profesor del departamento de Ingeniería Hidráulica y Medio Ambiente, Modesto Pérez. En ambos casos han participado en proyectos colaborativos contra el Covid-19 y cuentan qué hay de beneficioso y también qué riesgos pueden conllevar estas iniciativas.
Buenas prácticas del diseño colaborativo
Desde la Universidad de Alicante mantienen que el clima social tan positivo que se ha generado es uno de los puntos fuertes "todos unidos somos más fuertes, una vez más se ha demostrado que cuando sumamos esfuerzos y cooperamos somos capaces de hacer cosas increíbles, como por ejemplo, el equipo de modistas que, desde primer día, se pusieron a coser mascarillas en sus casas".
Respecto a los riesgos de diseñar y fabricar dispositivos médicos a partir de iniciativas de innovación social, desde la asociación Artefactos, hablando de su propio caso, tienen capacidad tecnológica para validar el diseño, los materiales y los procesos de fabricación para que este tipo de dispositivos cuenten con la garantía de seguridad y eficacia necesarios para su uso en centros sanitarios. "Durante la crisis sanitaria nos hemos centrado en este tipo de productos sanitarios ante la falta de suministro. "Creando grupos de trabajo, Artefactos ha jugado un papel vital, tejiendo red y conectando activos clave para un desarrollo de producto complejo en tiempo mínimo, canalizando las necesidades reales de los sanitarios más expuestos al virus prácticamente en tiempo real, ofreciendo soluciones alternativas y viables, pero a la vez científica y clínicamente responsables". Ahora, lo que realizan, previo estudio de escalabilidad industrial, es intentar certificar alguna de las soluciones desarrolladas para que, si volviera a repetirse una situación de emergencia de similares características, estar preparados para llegar a más sanitarios deforma más eficiente y rápida.
Modesto Pérez, desde la Escuela Politécnica Superior de Alcoy también considera que el mayor beneficio es la "ola de solidaridad que ha demostrado, en este caso la sociedad española. La solidaridad de los españoles se ha mostrado en su plenitud estas últimas semanas de una forma totalmente altruista y desinteresada, aportando soluciones de todo tipo". Así, mantiene que "no podremos llegar a conocer todo el patrimonio social que se ha movilizado, pero las ayudas de estas personas han sido fundamentales". En cuanto a las soluciones más desarrolladas, considera que son fruto de la necesidad, y de "hacer de la necesidad virtud utilizando el conocimiento y el carácter emprendedor que caracteriza a la sociedad española". Además, bajo la opinión de Pérez, el hecho de que la sociedad pasase de estar activa un 14 de marzo a estar "latente" al día siguiente generó un brainstorming a nivel nacional que se tradujo en que cada persona, desde su perspectiva, conocimiento y experiencia pudiera aportar soluciones. Esa tormenta de ideas solidaria ha sido el mayor beneficio.
Entre las posibles consecuencias negativas, apunta a que "como establece la tercera ley de Newton, de cualquier acción deriva una reacción y en este caso, la reacción viene establecida por los riesgos que se corre al poner en práctica estas soluciones ya que la base experimental no está supeditada a un objeto como pudiera ser una mesa o una silla, en el cual, si me equivoco de material, la reacción será que la pata de la mesa se romperá o se oxidará con el paso del tiempo. En este caso, la aplicación experimental se tiene que llevar sobre personas y concretamente sobre algo que únicamente disponemos de dos (que en este caso operan como uno), que son los pulmones. El hecho de aplicar una solución incorrecta puede desencadenar consecuencias irreversibles para la persona. No obstante, esto siempre ha ocurrido y siempre existe la primera vez".
Los modelos para respiradores, ventilación o sistemas de aislamiento ¿Cómo hacerlos aptos?
Desde la Escuela Politécnica Superior de Alcoy, Modesto Pérez señala que cualquier elemento que se diseñe debe ser funcional desde el punto de vista del paciente, que le permita mejorar en su cuadro clínico y además, que se garantice la seguridad del personal sanitario. "De poco puede servir un sistema de apoyo de ventilación, si en la fase de atención o de desconexión del mismo, se genera una situación que pone en riesgo el contagio del personal sanitario". Por ello señala que aquí, el análisis numérico mediante modelos computacionales de fluidos adquiere todo su sentido, pudiendo llevar a cabo simulaciones que permitan conocer datos técnicos como presión, caudal de entrada, caudal de salida, zonas muertas de no recirculación que permitan mejorar los sistemas para que sean funcionales tanto para el paciente como el personal sanitario. Un sistema sería apto si cumple esa doble función.