VALÈNCIA. Biberones, pañales, “gateos” y primeras palabras… tantas noches sin dormir como aprendizajes, todo esto está presente en la infancia. El autor Andrés Neuman publica de la mano de Alfaguara su libro Pequeño hablante en el que crea un diario literario del crecimiento de su hijo Telmo desde los cero hasta los tres años. Un momento vital en el que el pequeño no deja de aprender y con el que su padre aprovecha para hacerle una carta al futuro que aún no puede leer.
Para Neuman este trabajo se hace entre noches sin dormir y tras dejar al niño en la escuela y ratos libres que pueden ser interrumpidos por el propio protagonista en cualquier momento. La idea de este libro surge de sus tres pasiones cruzadas: ser padre -y estar enamorado de su hijo- la escritura y la filología, que le llevan a observar al pequeño Telmo muy de cerca: “Puedo asistir a la creación de lo más vulnerable, ver como nacen las palabras y cómo se desarrolla lo que llamamos la lengua materna, es algo irresistible a la hora de escribir”, añade.
Para conformar esta suerte de diario lo que hace es tomar una “nota mental” de las cosas que le conmueven e ir relacionando las cosas que le suceden a lo largo de los días. Los textos en el libro se muestran sin una estructura fija, tal y como los define Neuman son “breves, intensos y saltarines” y a su vez eso se asemeja a su concepto de la crianza en sí misma: “Está llena de cambios de foco, saltamos de una cosa a otra sin muchos reflejo con cosas que cambian constantemente de marco”, añade, quien dialoga con este proceso de crianza a través de la propia escritura en la que se deja llevar de forma muy natural: “Escribo solo a través de lo que conmueve, sin forzar la escritura en ningún momento”.