ALICANTE. Los perseguidos es la novela que tantas alegrías está dando a Fernando Benzo (Madrid, 1965). Le ha coronado como Premio Azorín de Novela 2023 y, de momento, le ha blindado una segunda edición, la capacidad de llegar a más lectores y una repercusión mediática considerable. La parte menos bondadosa es que el escritor se vio obligado a enterrar a Hugo Vanderbilt, el seudónimo bajo el que había presentado sus obras a certámenes durante 30 años. Y la presión del galardón: "Estoy arrancando una nueva novela y, al principio, me pesaba el Premio Azorín por no saber si estaba a la altura de volver a escribir, pero ya me he desprendido de esos frenos mentales", reconoce Benzo. El galardonado abrirá este viernes 8 de septiembre las Veladas literarias del Maestral, como primera de las dos citas que tiene este septiembre en la ciudad. "Alicante me ha dado un premio, vengo las veces que haga falta", comenta divertido. Y añade: "Se ha convertido en mi ciudad favorita".
- Este viernes estarás por primera vez en las Veladas Literarias del Maestral con Los perseguidos, la novela con la que ganaste el Premio Azorín. En junio salió la segunda edición. ¿Esperabas esta repercusión?
- Una segunda edición es una muy buena señal, pero también mido la repercusión por la avalancha de comunicación en cuanto a lectores individuales que me escriben por redes sociales. Con todo esto, la sensación que tengo es que la novela interesa y gusta. Es ambiciosa porque quiere llegar a muchos lectores.
Estaré este viernes en las Veladas Literarias y el viernes 22 en Alicante Noir. Alicante me ha dado un premio, vengo las veces que haga falta. Se ha convertido en mi ciudad favorita.
- ¿Crees que sin el Azorín a la novela le estaría yendo tan bien?
- No. Un premio de la envergadura del Azorín es una catapulta para una novela. Tiene mucha tradición y mucho prestigio, con un listado de ganadores espectacular y un enorme impacto en los medios y los lectores. La vida de una novela con y sin el premio Azorín es diferente; el galardón es decisivo.