VALÈNCIA. Cuando me preguntan qué ha sido de la rica cultura popular yugoslava con la fragmentación de la federación en siete repúblicas independientes no tengo una respuesta, puedo decir una cosa y la contraria. Primero, por viejo, porque yo mantengo la atención en los movimientos culturales del siglo XX, que lógicamente han perdido fuelle o se han convertido en liturgias para cuarentones, allí y aquí, en todas partes; Segundo, y más interesante, porque hay fenómenos simultáneos.
He hablado con gente que se lamenta de la pérdida del patrimonio cultural compartido. Es muy cierto que antes las grandes capitales interactuaban entre sí, pero con las independencias, el área de acción se restringió a espacios más pequeños y el potencial de todo lo que pasaba tomó un relieve más modesto. Sin embargo, también veo que las escenas alternativas siguen conectadas entre las capitales igualmente. Recuerdo haber visto en directo a Darko Rundek, croata, en el centro de Belgrado actuar ante miles de personas. Incluso vacilarlas, les dijo que se veía que estaban más cerca de la Unión Europea porque ya no le tiraban piedras -como había sucedido el año anterior-. Pero el público estaba entregado. Para los belgradenses alternativos eso era top de lo top. Y para cualquiera con buen gusto que no sea víctima de una ridícula exclusividad anglófila. Hay que mencionar que en esa actuación interpretó Ay Carmela, de nuestra guerra, lo que me conmovió ciertamente porque era la primera vez en mi vida que escuchaba esa canción a todo trapo delante de tanta gente. Graciosamente, a tres mil kilómetros de España.
Darko Rundek nació en un pueblo artificial comunista, creado solo para dar servicio a una central eléctrica. Allí había ingenieros de todas las repúblicas yugoslavas, macedonios, serbios... Eso influyó en su educación y perspectivas, aunque donde se hizo músico fue en el mar. En el comunismo yugoslavo había clase media alta y la costa Dálmata era su lugar favorito para veranear. Allí Darko le pedía dinero a las niñas bien para comprar vino y, en grupo, les tocaba la guitarra.