ELCHE. El cese de la ya exconsellera ilicitana Mireia Mollà sigue trayendo cola. Aunque diferente según el ámbito. Desde la rama de Iniciativa en la ciudad, además de estar totalmente en contra de la decisión, se reivindica su gestión en el municipio; en la oposición, desde el Partido Popular se acusa al Consell de "ningunear una vez más" a la ciudad. Y sobre todo, desde el congreso de febrero, como ha contado este medio, y después con el nombramiento de Aitana Mas como vicepresidenta del Ejecutivo valenciano, la tensión ha ido en aumento en el seno de la coalición. Aunque se da por hecho que la decisión se ha tomado por un cúmulo de factores, fuentes de la misma apuntan a que lo que ha trascendido es tan solo la punta del iceberg.
Se da por hecho que la decisión no ha sido fácil, "ningún capricho", máxime viniendo del mismo espacio y comarca, y a medio año de los comicios locales y autonómicos. Aunque señalan que había habido enfrentamientos con otros cargos públicos y que estaba en una suerte de "desobediencia", pero no —o al menos no solo— con respecto al liderazgo de Mas, que fue refrendada por unanimidad, sino de la coalición. Para estas fuentes, hay gestos públicos que hablan por sí solos como el plantón en el cambio de cartera para entregársela a Isaura Navarro. Creen que se ha estado tensando la cuerda desde que 'perdió' el congreso de febrero.