ELCHE. El equipo de gobierno apenas ha revelado datos sobre el informe de las mascletaes en Traspalacio elaborado por el equipo de Salvador Ivorra, catedrático de Estructuras en el Departamento de Ingeniería Civil de la Universidad de Alicante (UA), a quien se encargó el trabajo de mediciones después del requerimiento de la Conselleria de Cultura. El pasado viernes el alcalde volvía a relatar que se superan los niveles permitidos en estos espectáculos pirotécnicos, sobre todo en los 'terremotos'. Por eso se estudian dos opciones: cambiar la ubicación de la mascletà, o reducir su intensidad y mantenerla en traspalacio. Sin embargo, como la información se ha dado a cuentagotas, hay algunos datos que se han omitido.
Si bien es cierto que según parece y se explicó desde el equipo de gobierno el patrimonio del entorno (Palacio de Altamira, muralla medieval, museo arqueológico) no sufre daños estructurales y sí superficiales —no hay que olvidar la caída del cascote de Santa María durante una de las mascletaes—, el informe también revela que la vibración supera con creces el límite establecido en esa fase del terremoto. Pero más importante, que afecta a las vitrinas del Mahe y por lo tanto a lo que hay dentro, en este caso, piezas ibéricas. De momento nunca ha reventado un cristal, pero la afección "superficial" que se causa en el entorno se acumula, no hay grandes cambios de un día para otro; pero es una cuestión progresiva si año a año se lanzan centenares de kilos de pólvora en la semana de fiestas.