ALICANTE. Esa chica preciosa, vestida de aquel color —o del otro más desteñido— sentada en esa esquina o en la barra del bar más cutre, en el perfecto día de lluvia o con el sol más radiante. Los ojos en la música de algunas de las bandas más míticas siempre han mirado hacia la misma dirección. Ella, aunque puede mutarse en varias formas, es única y exclusiva; es la droga. Eric Clapton fue bastante honesto cuando compuso Cocaine, pero no todas las letras guardan mensajes tan fácilmente descifrables. Hablamos de las canciones que más la han tratado a lo largo de la historia en el presente reportaje, hecho con la adicción más pura por la música. Abstenerse melómanos románticos.
La cocaína y la heroína siempre han ocupado el primer puesto de las canciones con trasfondo más perverso. Dos princesas malévolas jamás destronadas que comienzan, por darle un punto de partida inevitable, con el día perfecto, Perfect day, de un clásico como es Lou Reed. Los inocentes todavía no han logrado interpretar como se merece esta oda a la heroína —el artista reconoció su pasión por ella y hay frases que refrendan esto como “you just keep me hanging on” que, por si fuera poco, el director Danny Boyle insertó en uno de los momentos cumbre de Trainspotting, en 1996—.