ALICANTE. Objetivo conseguido para el bipartito de Alicante... y para Vox. El pleno del Ayuntamiento de Alicante aprobó este martes de forma definitiva la conocida como ordenanza de convivencia cívica -renombrada por las fuerzas del eje progresista como la ordenanza de la vergüenza- como instrumento para que la Policía Local pueda actuar frente comportamientos incívicos en la vía pública que generan molestias, situaciones de inseguridad o daños sobre el patrimonio, entre otros puntos.
Como era sabido, la propuesta contó con el voto en contra de PSOE, Unides Podem EU y Compromís al no compartir las condiciones delimitadas en esa regulación, aunque puedan confluir en la necesidad de la existencia de un marco normativo similar, pero provisto de otros parámetros. Entre ellos, el de la asistencia a colectivos desfavorecidos, en lugar de apostar por la imposición de multas, como -según argumentaron- sucede en la nueva normativa que entrará en vigor en menos de un mes (a los 15 días de su publicación en boletines oficiales). De hecho, el PSOE ya había planteado un texto alternativo como enmienda a la totalidad del documento del elaborado por el bipartito, como su concejal, Llanos Cano, reiteró durante el debate de la propuesta, este martes.
La cuestión es que tanto el equipo de gobierno (Partido Popular y Ciudadanos) como Vox no se cansaron en señalar que el texto propuesto -tras la incorporación de las alegaciones de Cs en la última fase de su tramitación- es prácticamente equivalente al de la ordenanza que se plantea en la ciudad de València, con un gobierno conformado por Compromís y PSPV-PSOE. Y, en parte, razón no les faltaba, ya que la comparación de los dos textos evidencia ciertas similitudes. Así, en las dos normativas se plantea la imposición de multas de hasta 3.000 euros por ejercer la mendicidad coactiva. Y, aunque no se incluye una referencia explícita a la prostitución, la normativa promovida en València también prohíbe "la realización o incitación a la realización de actos que atenten contra la libertad e indemnidad sexuales, o ejecutar actos de exhibición obscena aun cuando no constituya infracción penal", entre otros puntos.
De igual modo, en ambos se refleja la necesidad de ofrecimiento de medidas de atención social con una redacción muy similar. En la de Alicante (puede consultar aquí su contenido íntegro), su artículo 23 bis plantea que: "El Ayuntamiento en el ámbito de sus competencias y en el marco de los planes y programas vigentes, coordinará las actuaciones de atención social dirigidas a las personas que se encuentran ejerciendo la mendicidad en el municipio de Alicante". En la de València (puede consultar aquí su contenido íntegro), su artículo 32 establece que: "El Ayuntamiento adoptará todas las medidas sociales a su alcance con la finalidad de apoyar y auxiliar a las personas que se encuentran en situación de exclusión, y, por ello, se ven abocados a ejercer la mendicidad. De igual forma, el Ayuntamiento adoptará firmemente todas las medidas a su alcance para erradicar el fenómeno de las modalidades encubiertas de mendicidad agresiva, intrusiva u organizada en cualquiera de sus formas en la ciudad".
Ahora bien, tanto PP y Cs como Vox pasaron por alto una diferencia notable entre ambos textos: que la normativa de València todavía se encuentra en fase de borrador y que, por tanto, sigue sujeta a posibles modificaciones, sin que se haya cubierto todavía todo su recorrido administrativo.
Por su parte, al margen de aludir a la falta de consenso, a la estigmatización de las personas en situación de vulnerabilidad y a la presunta falta de medidas de apoyo social para asistir a los colectivos desfavorecidos, PSOE, Unides Podem EU y Compromís recriminaron al bipartito que el impulso de la ordenanza venía a ser el pago a Vox a cambio de que sus dos concejales facilitasen la aprobación del presupuesto de 2022. Y, en parte, tampoco estaban equivocados. Como mínimo, se prevé que Vox se abstenga en la votación prevista en el pleno de este miércoles, después de que PP y Cs hayan asumido 19 de sus 21 enmiendas a la propuesta de planificación económica, tras el rechazo de todas las formuladas por las tres fuerzas del eje progresista. Con el previsible resultado de esa votación, Vox facilitará que las cuentas del bipartito prosperen por tercera vez en este mandato (aunque en 2021, PP y Cs también contaron con la abstención del PSOE).