ELCHE. Después de los casos del Mercado Central, Nuevos Riegos El Progreso o la Banca Peral, la historia vuelve a repetirse —al menos con obvias similitudes— en una legislatura bastante problemática a nivel urbanístico en sus intereses enfrentados con el patrimonio. El siguiente caso, el de la finca El Arsenal de Elche, en el sector E-16, enfrente de Lidl, junto al desvío, en el que se encuentra un yacimiento íbero —el mismo por el que se ha echado atrás la urbanización del terreno— que los sondeos arqueológicos superficiales realizados desde principios de los 90s muestran que pertenece a La Alcudia. Casi una década después, el impulso urbanístico se ha desbloqueado, aunque Cultura tiene que autorizar catas arqueológicas que decidan la viabilidad o no del proyecto dependiendo de los restos.
Antedecentes del proyecto urbanístico
Hace aproximadamente una semana entraba una excavadora en la parcela de El Arsenal, donde se encuentra una típica casa centenaria de estilo señorial, propia de la burguesía ilicitana, para empezar a remover terreno y para derruir una pequeña edificación anexa sin valor que estaba en ruinas. El motivo, según ha podido saber este medio, que se ha desbloqueado el proyecto de construcción de viviendas que había proyectado desde hacía bastante tiempo. Ya en 2009, con la burbuja inmobiliaria muy reciente, el entonces edil socialista de Urbanismo, Alejandro Pérez, informaba de que estaba pendiente de cerrar la aprobación de la construcción de 953 viviendas en el sector E-16 —que se extiende hasta el Pla por la rambla del Vinalopó—. En 2011 la Agrupación de Interés Urbanístico (AIU) E-16 Portes Encarnades presenta un proyecto de modificación del Plan Parcial que se había aprobado a principios de la década, para poder levantar edificios de ocho plantas. Una modificación que finalmente se aprueba en 2013, con el PP en el gobierno y Vicente Granero como titular de Urbanismo.
Con todo, a pesar de los trámites, es en 2016 cuando se encarga y se presenta un proyecto de urbanización, el paso previo a la construcción de las viviendas y zonas verdes que hay proyectadas. En total, se trata de un gran sector con una superficie de 197.187 metros cuadrados. Sin embargo, dentro de este E-16 se encuentra la mencionada finca El Arsenal —también conocida como Granados Espuig—, que fue propiedad de Viuda de Maciá, histórica fábrica de alpargatas de Sebastián Maciá —conocido como El Sord—. En esta parcela, de 43.0000 metros cuadrados, existe un yacimiento íbero de 18.000 metros cuadrados y una zona arqueológica que ocupa alrededor de 14.850 metros. Se trata del alfar de La Alcudia. Ya Aureliano Ibarra en 1879 encontró restos de un horno ibérico, así como cerámicas y fusayolas. En 1991 se realizó una excavación para encontrar una necrópolis romana que se había detectado cuando se construyó el solar.
Alfar íbero hallado, dependiente de La Alcudia
La necrópolis estaba constituida por siete enterramientos, tres en sarcófago y cuatro en pequeñas fosas con un total de doce individuos inhumados. Relacionados con la necrópolis se encontró una calzada "que debe interpretarse como uno de los ejes máximos de una centuriación de llicí y una serie de construcciones de dificil interpretación al no haber podido concluir su excavación". Es decir, un tramo de una vía que presenta grandes similitudes con otros restos de la Vía Augusta, por lo que podría ser parte de ella. Todo, elementos de alrededor del siglo III d.C. Además, se descubrieron dos hornos, tres testares y restos constructivos de época ibérica que están por excavar. También se halló un posible vertedero almohade. Según reza una publicación:
Estos elementos se encontraron lo suficientemente alejados unos de otros que hacen pensar que el alfar puede tener una extensión muy considerable. Si a esto añadimos, que se encuentra a sólo 1 Km y medio de la Alcudia, justo al lado del cauce del Vinalopó y que lo atraviesa un eje de centuriación romano que posiblemente esté construido sobre el antiguo camino ibérico que enlazaría La Alcudia con el yacimiento encontrado en el Parque Infantil de Tráfico, no parece muy descabellado identificar este taller con ese importante yacimiento". Del alfar se descubrieron aunque no excavados totalmente, dos hornos, uno de ellos "con estado de conservación que debe ser excelente.
Para finalizar, el autor señala que "debe conservarse íntegro el piso del laboratorio, así como la cámara de combustión y el praefurnium —la cámara de combustión del horno—. Estos extractos pertenecen a una publicación del año 2000 sobre alfarería ibérica en Alicante de Eduardo López, el actual propietario de Alebus, la empresa arqueológica que está realizando las catas del Mercado Central, y que ha hecho otras recientes en la calle Solars o en Elche Parque Empresarial. Al final, la cronología de los 20.000 fragmentos cerámicos parece mostrar que el mencionado yacimiento pertenece a los siglos V y IV a.C., en la época de auge de La Alcudia. Señaló el arqueólogo en la memoria que los alfares ibéricos no son muy comunes, por lo que con esto sumado a los hornos, "el interés del yacimiento se ve considerablemente reforzado". Un importante descubrimiento ya que parece tratarse de asentamiento industrial dependiente de La Alcudia, a un kilómetro. Lo que al hacerse un análisis podría mostrar información acerca de la elaboración de la cerámica, su comercio o sus redes de distribución, explicaba la publicación.
En 1998 se volvió a intentar resucitar el proyecto. El técnico de la Dirección Territorial de Alicante José Luis Simón envió a la directora general de Patrimonio Artístico en 1998 poniendo en antecedentes que la protección "más allá de la documentación previa a su destrucción" hizo que en 1991 se retirara el proyecto urbanístico planteado. Sin embargo según su criterio, con el aparcamiento planteado entonces y la zona comercial de una planta, no había peligro para la zona de interés arqueológico y era compatible "con el desarrollo social y económico marcado por la Dirección General de Patrimonio Artístico".