IBI. Desde que surgió la pandemia de la covid-19, muchos de los cambios que la sociedad tenía en mente para un futuro cercano se han acelerado. La necesidad de pensar en el medio ambiente y la urgencia por poner freno al cambio climático antes de llegar al punto de no retorno es una de las cuestiones que ha ganado enteros en la lista de prioridades - al menos en parte-. Y es que, tal y como señalan desde Aiju "el confinamiento hizo que se redujese la contaminación atmosférica, viendo como los animales campaban con total libertad por lugares anteriormente insospechados, y la sociedad reflexionó, dándole mucha más importancia al cuidado del medio ambiente".
Esta frase es una de las que construyen la nueva Guía Aiju, única en el contexto nacional avalada por instituciones de consumo, que en su edición 2022-2023, presentada en Altea, incluye un estudio realizado por el centro tecnológico a 2.800 familias con menores de 0 a 12 años y en el que se ha analizado la percepción de la sostenibilidad en el mundo del juguete por parte de los consumidores de Alemania, España, Reino Unido, Francia e Italia.
Según estos datos, a las familias que han participado en esta investigación les preocupa a nivel medioambiental la optimización del uso de la energía -a un 66% de los encuestados-; el calentamiento global a un 57%; la escasez de agua a un 40%, la contaminación de mares a un 35%, el consumo y los residuos que conllevan a un 26%, la contaminación por plástico a un 25%, la contaminación del aire a un 24% y la extinción de especies a un 23%.
Además, para combatir estos problemas los consumidores piensan que las medidas que se deberían potenciar son: educar a menores en el consumo responsable (56%), fomentar el reciclaje y la reutilización de productos (53%) y reducir el consumo de plásticos (51%).