ALICANTE. Las Hogueras no solo son cultura, tradición y sentimiento. También son un motor económico, generador de empleo y dinamizador del turismo. Así lo defiende David Olivares, presidente de la Federació de Fogueres, que anuncia en esta entrevista la intención de encargar a la Universidad de Alicante un estudio de impacto económico que cuantifique la verdadera aportación de la fiesta a la ciudad. Con más comisiones, mayor respaldo institucional y nuevas medidas de apoyo, Olivares repasa los retos y avances de un ejercicio clave, en el que la fiesta de Fogueres busca crecer con más cohesión, proyección y reconocimiento.
— Arranca una nueva edición de les Fogueres tras haber superado varias crisis encadenadas: la pandemia, la inflación, el aumento del precio de los materiales... ¿Cómo percibes el ánimo de los distintos colectivos para este nuevo ejercicio?
— Lo que veo es que no se ha perdido la ilusión. No hay barreras que puedan con nosotros. Vamos a afrontar las Hogueras como se merecen: con cariño y entusiasmo. Este año, Alicante va a brillar con más luz y color que nunca durante las fiestas.
— ¿Y los artistas de hogueras? ¿han podido superar las dificultades económicas y logísticas que les ha traído esta etapa?
— Sí, claro. Igual que todos, han tenido que enfrentarse a la subida de precios en las materias primas, pero están volviendo a demostrar su talento, su profesionalidad y, sobre todo, el amor que sienten por esta fiesta. Creo que vamos a ver hogueras espectaculares en los distritos, con muchísimo nivel.
— De hecho, ha aumentado el número de asociados y de comisiones. ¿Hay un resurgir del movimiento fogueril?
— Sí, se respira motivación y muchas ganas de trabajar. Somos un colectivo que sabe reinventarse y adaptarse a los nuevos tiempos sin olvidar los pilares que nos definen. Hay un cuidado especial hacia los más pequeños, hacia las bases de nuestra fiesta.
— En los momentos difíciles, ¿habéis sentido el respaldo de las instituciones?
— Dentro de los márgenes legales, sí. Poco a poco, al explicarles cómo han cambiado los costes y las necesidades, las instituciones también han ido adaptando su visión. Sabemos que, a futuro, será necesario replantear el modelo de subvenciones para responder a la realidad actual.
— ¿Y el apoyo del sector privado? ¿Se están sumando nuevas empresas al proyecto?
— Muchísimo. Cuando llegamos, había nueve o diez patrocinadores; hoy son veinticuatro. Siempre digo que todas las ayudas suman. Nuestra labor es hacer que cada patrocinador se sienta parte de la fiesta y buscar colaboraciones que también les generen retorno. Hay muchas empresas interesadas en unirse al proyecto oficial de la ciudad.
— En el ecuador del mandato, uno de los grandes hitos ha sido la reforma de los estatutos y del sistema de elección de cargos. Se aprobó con amplia mayoría, pero era un tema sensible. ¿Esperabas más oposición?
— Sabía que era una tarea necesaria. Llevábamos más de veinte años sin actualizar los estatutos, y la normativa de la Generalitat Valenciana nos exigía adaptarlos al siglo XXI. Lo hemos hecho con rigor, con el asesoramiento jurídico adecuado, y el resultado ha sido muy positivo: más del 95% de apoyo en la asamblea. Solo un pequeño porcentaje no asistió o no apoyó, pero la voluntad general ha sido clara.
— Sin embargo, se rechazaron tres de las cuatro enmiendas presentadas, dos de ellas por asociaciones. ¿Estás satisfecho con el resultado final?
— Sí, porque lo importante era aprobar el conjunto del nuevo marco estatutario y el reglamento de elección. Algunas enmiendas eran repetitivas o se ajustaban poco a la legalidad. El objetivo ha sido siempre claro: hacer que la elección del presidente o presidenta sea lo más transparente posible, acercándonos a un modelo similar al sufragio universal, donde todas las comisiones tengan voz.
— ¿Hay otras áreas en las que te gustaría actuar, aunque no estuvieran en tu programa inicial?
— Sí, quedan muchas cosas por hacer. Queremos replantear el sistema de subvenciones a las comisiones, reforzar la promoción de la fiesta en los colegios (públicos, privados y concertados), y estrechar la relación con el mundo del deporte, mostrando que la fiesta no es solo ocio, sino también cultura y tradición. Escuchar al censo, recoger propuestas... todo eso es clave para crecer y consolidarnos como lo que ya somos: una fiesta de proyección internacional.
— ¿Cuál ha sido el mayor obstáculo en estos dos años?
— Sin duda, la falta de ingresos en algunos momentos. Pero hemos sabido reorganizarnos, hacer un plan de trabajo y destinar recursos de la Federació para apoyar a las comisiones. Más de cincuenta asociaciones están recibiendo ayuda directa, ya sea en el ámbito musical o en el arte efímero. Esto no se había hecho antes. Complementamos así las subvenciones municipales.
— ¿Queréis reforzar ese plan de ayudas desde la Federació, además de lo que ya se recibe institucionalmente?
— Exactamente. Este verano vamos a trabajar en un plan que presentaremos tanto al Ayuntamiento, que ya colabora mucho, como a la Diputación. Además, vamos a pedir a la Universidad de Alicante un estudio sobre el impacto económico de las fiestas. Queremos demostrar, con datos, cuánto aportamos a la ciudad.
— Uno de tus objetivos era consolidar actos de nueva creación como el Inici de la festa. ¿Qué novedades ha traído este año?
— Este año hemos estrenamos nombre: Música per una festa, y también cambiamos de escenario, en la plaza de España, con mil músicos y veinte bandas, y con el apoyo de la Generalitat y la Conselleria de Cultura. Hemos rendido homenaje a un foguerer histórico, como es Josep Amand, con una pieza especialmente dedicada.
— También se ha cambiado la ubicación del pregón y del concurso de fuegos artificiales. ¿Son provisionales o podrían mantenerse en el futuro?
— Lo primero es la seguridad. El concurso de fuegos lleva más de cincuenta años en la misma ubicación, pero este año, debido a una obra importante en la playa del Cocó, se ha decidido trasladarlo. Ha sido una decisión responsable. En cuanto al pregón, soy defensor del balcón del Ayuntamiento como lugar emblemático. Pero, mientras duren las reformas, que pueden alargarse por tratarse de un BIC, apoyamos que se celebre en otro punto con todas las garantías. Lo importante es tratar todo con cariño y respeto por la tradición.
— Y para cerrar, ¿qué otras novedades encontrarán los alicantinos en el programa de fiestas?
— Habrá cambios importantes. Por ejemplo, el coso multicolor cambia de ubicación, gracias al apoyo de nuevos patrocinadores. Vamos a reforzar la presencia del folclore provincial, que es riquísimo y estaba infrarrepresentado. Queremos una fiesta más rotativa y dinámica, sin perder su esencia. También mantendremos y mimaremos el nuevo recorrido de la ofrenda, que fue muy bien recibido el año pasado.