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esta existe de facto, indican expertos en agenda urbana

Expertos recomiendan a Elche diseñar sus políticas teniendo en cuenta el área funcional con Alicante

  • Elche Parque Empresarial, ejemplo del flujo entre Elche y municipios del entorno

ELCHE. Estos días se debate en Elche sobre agenda urbana, a colación de la subvención ministerial obtenida por el Ayuntamiento para profundizar sobre esta cuestión, aportando ideas sobre el desarrollo presente y futuro de la ciudad. En una de las últimas ponencias, el director de l'Institut d'Economia Internacional (Universidad de Alicante), José Manuel Casado, ponía de relieve que es importante que la ciudad tenga en cuenta el área funcional con Alicante de cara al diseño de sus políticas públicas.

Sobre el área funcional, Casado expone, sabedor de la polémica que generó en su momento este término o el de 'área metropolitana', que esta existe a pesar del nombre que se le quiera dar: hay flujos de movilidad, laborales y decisiones o problemas en materia económica o de vivienda que afectan al entorno. "Hay un área metropolitana de facto, incluyendo Alicante", explica, e incluso añade que el área funcional de Elche "tiene que ampliarse". Como ya establecían algunos planes autonómicos para estas zonas, tanto Elche como Alicante tienen, dentro de ese área, sus propios municipios radiales en los que se influye (en el caso ilicitano, evidentes Santa Pola o Crevillent... o Aspe, aunque no sea de la comarca).

Decisiones que exceden el municipio y las posibilidades que abre

En este aspecto, el profesor indica que para diseñar esas políticas públicas, hay que tener en cuenta que se forma parte de esa área funcional, y que excede esos municipios más cercanos. Una oportunidad que se podría explotar de cara a ciertas iniciativas. "Por ejemplo en Elche aún no está tan tensionado el mercado de la vivienda como en zonas como El Campello o San Juan, eso puede hacer que Elche pueda ser un lugar razonable para vivir, y se podría ver beneficiado de esas tensiones". Lo que podría abrir la puerta a ofertarse en estos lugares como alternativas para la vivienda. 

De la misma forma que Elche influye en esa área funcional, ocurre a la inversa. Por ejemplo en situaciones o políticas de trabajo, "podemos impulsar ofertas laborales pero pueden verse beneficiadas personas que no sean de Elche, que pueden venir de fuera". Y ponía de ejemplo los hubs digitales, sobre todo con más movimiento ahora en Alicante. Ello no implica que toda la gente que trabaje en ellos sea de la capital. Un ejemplo de esta cuestión es el Parque Empresarial, donde aun siendo el principal origen de sus más de 13.000 trabajadores de Elche (el 37,3%), después van Alicante (17,3%), Santa Pola (2,8%), Sant Vicent del Raspeig (2,5%) y Torrellano (1,9%).

Una interrelación que ha crecido en dos décadas

Al hilo de esto último, en la primera ponencia, en la que participó el profesor del Departamento de Geografía de la UA, José Antonio Larrosa, explicaba por ejemplo que tras la expansión de la ciudad y rebasar la 'ciudad-fábrica' del siglo XX —superada en tiempos más contemporáneos con los polígonos y sus trabajadores en las afueras—, mucha gente entiende que la ciudad no solo se circunscribe al casco urbano, "al código postal 032, y esa es la razón por la cual mucha población empieza a salir a municipios limítrofes". En la última década, 2011-2021, explicaba que a nivel censal, 2.000 ilicitanos se van a vivir a Alicante, otros 2.000 a Santa Pola, 1.000 a Crevillent, 800 ilicitanos a Aspe —algunos por el precio de la vivienda—, 300 a San Vicente... Muchos menos que en los 90s, cuando todo estaba más concentrado. Pero manteniendo su vínculo y raíces con la ciudad.

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