ALICANTE. Dos meses y medio después del estallido de la crisis sanitaria, el alcalde de Alicante, Luis Barcala, todavía mantiene la cuenta de la cantidad de decretos que ha firmado para adoptar decisiones relacionadas con la pandemia: "En torno a 50 decretos de tipo ejecutivo, para ordenar todo esto, y más de 700 firmas de documentos de todo tipo", asegura.
Es de los pocos que ha seguido acudiendo prácticamente a diario al Ayuntamiento para desempeñar su labor, desde que él mismo acordase el teletrabajo como medida general para el conjunto de los trabajadores municipales. Desde su despacho, trata de organizar la respuesta municipal frente al Covid-19, como cuestión prioritaria frente a cualquier otro asunto que pudiese formar parte de la agenda local.
Ahora, justo cuando se esperaba que Alicante progresase a la Fase 1 del proceso de desescalada, atiende a Alicante Plaza en una entrevista telefónica de urgencia, entre reunión y reunión, para hablar única y exclusivamente sobre el nuevo escenario deparado por el virus, y sobre las medidas a corto y medio plazo que se pretende adoptar para tratar de mitigar sus efectos. Al menos, hasta donde alcanzan las competencias municipales. En ese proceso, en su doble condición de alcalde y vocal del PP en la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), reclama al Ejecutivo Central mayor cooperación con los municipios. Este sábado, volvió a exigir explicaciones a Gobierno y Generalitat sobre la decisión que excluye al departamento de salud de Alicante del avance hacia la Fase 1 del desconfinamiento.
-Entre todas las decisiones que ha adoptado hasta ahora relacionadas con la crisis sanitaria, ¿cuál ha sido la más difícil?
-Las más complicadas fueron las que se tuvieron que tomar antes de la declaración del estado de alarma. Una vez declarado, ya teníamos una cobertura clara de por dónde te tienes que mover. Entonces, el cierre de los parques y las playas, algo tan simbólico en Alicante, la ordenación de veladores... las medidas para hacer efectivo que la gente estuviera confinada, las instrucciones a la Policía Local para el control del cumplimiento y dar órdenes tan drásticas cómo ser contundente a la hora de los controles en los accesos, cerrar la ciudad para que no hubiera esa avalancha que se preveía para Semana Santa. Y luego hay decisiones particularmente dolorosas, como suspender la romería de la Santa Faz o que no haya hogueras en el mes de junio. La propia suspensión de la Semana Santa, porque eso fue muy significativo; puso en contexto la gravedad de lo que estamos viviendo.
-Se ha referido al aplazamiento de les Fogueres, pero persiste el debate sobre la conveniencia de su cancelación definitiva. ¿Maneja algún indicio que lleve a pensar que va a ser imposible celebrarlas en septiembre?
-Esa incertidumbre está permanentemente. No solo respecto a las hogueras. Dependemos ahí, de la crisis sanitaria, de cómo se va marcando el ritmo de normalización. Este viernes tuvimos una reunión oficial con la Federación, en la que acordamos que se consultase a todo el colectivo. Es una petición de la propia Federación y entendemos que debemos escuchar a todo el colectivo, sobre cuáles son los pros y los contras. La diferencia con las Fallas es sustancial. En València lo tenían todo hecho, a falta de plantar y quemar. Aquí nos ha cortado de raíz todo lo que es previo a la celebración y que tiene tanta importancia como los propios días de hogueras. No podemos pensar solo en septiembre, también adelantarnos a finales de junio. Así que tenemos que adelantarnos. Si las perspectivas que tenemos en junio no son buenas, es evidente que, con todo el dolor del corazón, habría que tomar la decisión de suspender definitivamente las hogueras de 2020. Si las perspectivas son suficientemente halagüeñas y hay un consenso general en su celebración, seguiríamos adelante.
-Si entiendo bien, ¿la fecha límite para tomar una decisión es junio?
-No, la decisión la vamos a tomar antes de junio. Este viernes tomamos la decisión de acordar una consulta. Pero no vamos a tardar mucho en tomar una decisión definitiva sobre la celebración o la cancelación. No vamos a prolongar una incertidumbre más allá de lo que nadie quiere. Lo que todo el mundo debe de tener muy claro, comenzando por las comisiones y las barracas, es que si la decisión se toma por el Ayuntamiento, ninguna comisión incurre en responsabilidad respecto a las contrataciones que tengan en marcha, de modo que la decisión la debe tomar el Ayuntamiento, porque al ser una decisión oficial, sea cual sea, da cobertura a todo el mundo. Y la decisión que tomemos será la mejor para todos. Esa es la hoja de ruta: la reunión con la Federación para acordar esa consulta y poder tomar una decisión. Así lo planteamos en una junta de portavoces y así se aprobó.
-Volviendo a la toma de decisiones, entre todas las que se ha adoptado hasta el momento, ¿cuál cree que ha sido la más necesaria?
-El cierre de espacios públicos. No dar la oportunidad de que el uso de espacios públicos, fuese contraproducente con la necesidad de confinamiento. Y en una ciudad como Alicante, que es segunda residencia de tanta gente, que la actividad en los lugares públicos o en las playas pudiesen tener un efecto llamada. En el momento en el que trasladamos el mensaje de que la gente no podía venir aquí a confinarse ni de vacaciones, y que no iba a haber ni playa ni esos elementos que podían hacer atractivo Alicante respecto a otros sitios. Creo que, en cuanto a las medidas restrictivas, y el cuándo se tomó, la rapidez con la que se tomó, esa fue la más efectiva a la hora de contribuir a que no hubiese más contagios. Y en positivo, creo que una de las medidas a destacar es la del reparto de mascarillas. Somos una de las ciudades de las de mayor número de habitantes que más mascarillas ha repartido entre la población: un millón. Es una medida de protección indispensable para avanzar hacia una normalización, que la gente al menos tenga elementos de protección.
"El cierre de playas y el control de accesos han sido las medidas más necesarias; trasladamos el mensaje de que la gente no podía venir aquí a confinarse ni de vacaciones"
-Respecto a los controles de acceso que ha mencionado. ¿Fue una medida efectiva?, ¿se tiene constancia de que no vino nadie que no tuviese que venir?
-Lo que sí sabemos, por el número de denuncias y de identificaciones que se realizó es que hubo un momento en el que pudo producirse una avalancha importante en todas las poblaciones costeras. Entonces remití una carta a la Subdelegación del Gobierno advirtiendo de que solo la Policía Local, o solo la Policía Nacional, iba a ser insuficiente para poder controlar y que había que controlar en origen. Hablábamos de las salidas de Madrid. Era una cuestión que excedía de las competencias del Ayuntamiento y que era imprescindible que el Gobierno tomara cartas en el asunto para impedir que se produjesen esos movimientos con controles en autovías y en las salidas de las principales ciudades en las que viven propietarios de segundas residencias en Alicante. Hubo que hacer paradas y muchos controles, en distintos momentos.
En el momento en el que surgió la alarma y en Madrid se escaló rapidísimo, en el momento en el que se iniciaban las vacaciones de Semana Santa en zonas como Madrid, que se iniciaron el fin de semana anterior, y en el momento de comienzo de esas vacaciones de la provincia de Alicante, además de los distintos puentes que hemos tenido. Así que los operativos han tenido que ser constantes y no podemos estar más que agradecidos al trabajo incansable que se ha hecho en colaboración con las fuerzas de Seguridad del Estado. Todo mi agradecimiento a la Policía Local de Alicante por el trabajo que se está haciendo, sin gente de vacaciones ni de baja, y también a la Policía Nacional, a la Guardia Civil, a la UME y al MOE, que han estado trabajando para la seguridad de todos.
-Su equipo de Gobierno acaba de aprobar las bases de la convocatoria de ayudas para pymes y autónomos con una dotación de 5 millones. ¿Será suficiente?
-Es imprescindible y necesario en estos momentos. Estamos a la expectativa de ver cómo se desarrolla la normalización. Pero francamente creo que no va a ser suficiente. Hemos aprobado un paquete de ayudas en el tema de los agentes económicos como en el social que creo que es de los más importantes de toda España, con 13 millones de euros. Cinco millones para que nuestro tejido productivo, pymes, micropymes y autónomos, puedan continuar y puedan recuperarse. Pero no va a ser suficiente. Esto va a ser una primera andanada a la que vamos a tener que dar continuidad y no solo en este ejercicio de 2020, deberá tener reflejo y condicionará mucho los presupuestos de 2021. No va a ser nada fácil recuperarse de un golpe tan rápido y tan profundo y en un tejido productivo como es el de la ciudad de Alicante, tan sensible. No olvidemos que el 85% del tejido productivo está relacionado directa o indirectamente con el sector turístico. El palo es tremendo porque afecta al turismo nacional y al internacional. El ayuntamiento debe estar atendiendo a las necesidades reales: no puede haber gente que no tenga para comer ni que se queden en la estacada por los ERTE.
"Los cinco millones en ayudas a pymes y autónomos no van a ser suficientes; va a ser una primera andanada a la que vamos a tener que dar continuidad y no solo en este ejercicio de 2020"
Un dato: en estos momentos, cerca de un 75% de las solicitudes de ayudas procede de personas que nunca había solicitado una ayuda social, que no se imaginaba que tuviesen que pedir ayuda porque se han quedado sin nada. No son los colecivos vulnerables, sino gente que tenía su trabajo, que era autónoma, que tenía su propio comercio o su propia actividad y que de repente se ha encontrado sin nada. Siempre identificamos las necesidades sociales con los sectores más vulnerables, que lo siguen siendo, pero a eso se ha incorporado un porcentaje altísimo de nuevas familias y personas que van a requerir esa ayuda. Y respecto al tejido productivo, tenemos que diversificar. La apuesta que estábamos realizando por otro tipo de tejido productivo basado en la industria tecnológica, ahora se hace más urgente. Debemos acelerar la implantación, y al mismo tiempo, sostener nuestro tejido productivo tradicional que es el del sector servicios vinculado al turismo, al comercio y a la hostelería.