VILLENA. La empresa Agrícola Villena está en plena fase de ultimar una nueva línea de cuarta gama para la producción de palitos de zanahoria en su planta de Villena. Según ha podido saber este medio, hay obras en las instalaciones que están finalizando y quieren que estén operativas antes de que termine 2025. Esta ampliación sería una respuesta a la aceptación de este producto en el mercado con una creciente demanda de snacks hortofrutícolas listos para consumir. Es más, según fuentes cercanas a la empresa, la nueva línea podría suponer el trabajo en tres turnos de producción, con un incremento de su capacidad y, en principio, más puestos de trabajo directos en la zona. En este sentido, también quieren reforzar la colaboración con proveedores locales.
Desde que el grupo Somos Hijolusa respalda a Agrícola Villena, ha habido una inversión de decenas de millones en la firma villenense. Ha habido renovación de oficinas, así como de nueva maquinaria de transporte y de selección y lavado para las hortalizas, y "medidas de sostenibilidad" como paneles de energía fotovoltaica. A estas inversiones se suma la remodelación completa de la línea de cuarta gama, con el desarrollo de los palitos de zanahoria.
La compañía ha reforzado además su estructura directiva. Según consta en el Registro Mercantil, Agrícola Villena ha inscrito recientemente el nombramiento de tres nuevos apoderados en la sociedad limitada. Oficializa los puestos de David Céspedes, quien fuera gerente en la etapa de cooperativa, y actualmente, director financiero; Martín Cabanes, director de Recursos Humanos de Agrícola Villena y Daniel Rojas, Business Controller de Agrícola Villena. Precisamente, estas tres personas son, además, el comité responsable de gestionar el Código Ético de la compañía. Los cambios se producen en paralelo a la modernización de la planta y en el contexto de integración plena en Somos Hijolusa.
La evolución de la filial alicantina se conecta con la reorganización accionarial del grupo. Somos Hijolusa ha incorporado a varias familias inversoras en su capital, con el objetivo de reforzar su crecimiento y consolidación. La operación ha supuesto la entrada de vehículos de inversión de Mendibea, Onchena, Llapan y Anémona, además de directivos del propio grupo. Tras la reestructuración, ProA Capital reduce su participación al 25%, mientras que los nuevos inversores asumen otro 25%. La familia Gómez, propietaria de Patatas Hijolusa y origen del grupo, mantiene el 50% y la dirección del proyecto.
Según la compañía, la entrada de estos family offices aporta capacidad financiera y visión estratégica en el sector de la alimentación, con el objetivo de acompañar un plan de negocio a cinco años que persigue superar los 500 millones de euros de facturación. El plan se articula sobre tres ejes, el de crecimiento orgánico con clientes estratégicos, expansión internacional en productos de alto valor añadido y adquisiciones que generen sinergias en mercados de interés.
La reorganización societaria tiene efectos directos sobre Agrícola Villena, que ha vivido un proceso de transformación profundo. La empresa pasó de una etapa marcada por dificultades económicas y laborales a dos ejercicios consecutivos de crecimiento. En 2023 duplicó su volumen de negocio hasta alcanzar los 51,5 millones de euros y en 2024 avanzó un 30% adicional, hasta 66,9 millones. El beneficio antes de impuestos se situó en 3,7 millones y el beneficio neto en 2,8 millones.
La filial alicantina ha diversificado su oferta con productos adaptados a las tendencias de consumo, especialmente en cuarta gama, con frutas y hortalizas frescas, lavadas, troceadas y listas para consumir. Esta estrategia ha buscado reducir la dependencia de un único cliente que, en etapas anteriores, concentraba buena parte de las ventas y suponía un riesgo de mercado.
La actual etapa de expansión de Agrícola Villena contrasta con la situación que atravesó en 2022, cuando afrontó un expediente de regulación temporal de empleo que afectó a 550 personas y llegó a plantear un despido colectivo. Entonces, la compañía se transformó de cooperativa a sociedad limitada, ejecutó una operación acordeón para compensar pérdidas y fue adquirida por ProA Capital, que después la integró en Patatas Hijolusa. Desde mediados de 2023, la gestión depende directamente de la familia Gómez a través de la sociedad Compañía Levantina Hortofrutícola SL.
En 2023 también se introdujeron cambios en el marco jurídico de la sociedad, entre ellos la designación de Ernst & Young como nuevo auditor y la modificación de estatutos relativos a la copropiedad y transmisión de participaciones.
Hoy, la filial de Villena es uno de los ejes del crecimiento de Somos Hijolusa. El grupo cerró 2024 con 244 millones de euros de facturación, cuatro centros productivos en León, Villena, Cádiz y Vitoria, y una plantilla de unas 1.000 personas. De la inversión global de 35 millones realizada en los últimos tres años, el mayor esfuerzo ha recaído en la planta alicantina, donde la nueva línea de palitos de zanahoria es uno de los proyectos más destacados.