ELCHE. Tras dos meses de acciones en medios de comunicación y a pie de calle, la campaña de concienciación ambiental 'La revolución de los pequeños gestos: separa la orgánica' del Consorcio Baix Vinalopó llega a su fin. Lo hace con muy buenas impresiones pero, sobre todo, con excelentes resultados.

Del 15 de septiembre al 15 de noviembre, el equipo de educación ambiental de la entidad ha visitado 10 localidades -las mismas a las que presta servicio-, ha repartido entre sus habitantes más de 900 folletos informativos y ha resuelto las dudas que la ciudadanía pudiera tener sobre recogida selectiva de biorresiduos.

¿El objetivo? Sensibilizar a la población acerca de la importancia de separar correctamente los restos de comida y jardinería de otros residuos y depositarlos en el contenedor marrón. Un gesto que, como avanza el eslogan de esta campaña, es tan pequeño como potente. Y es que, al hacerlo, no solo se evita que los biorresiduos lleguen a vertedero, minimizando las emisiones contaminantes y ahorrando energía; también se incentiva su recuperación. Al depositar cáscaras de huevo, pieles de fruta o espinas de pescado en la fracción orgánica, se posibilita que estos residuos puedan ser tratados adecuadamente y convertidos en compost, cerrando así el círculo de la materia orgánica.

100% conciencia, 0 desperdicio

No es la primera que el Consorcio Baix Vinalopó encabeza iniciativas como esta. El año pasado creó 'Piensa, reduce, separa' y, el anterior, 'Reduce tu basura, recupera la tierra'. Dos campañas que, como 'La revolución de los pequeños gestos: separa la orgánica', dirigieron sus acciones a fomentar hábitos sostenibles en la gestión de residuos entre la población y contaron con financiación de la Generalitat Valenciana. Pero, sin duda, la del 2025 es una de las más completas.

A través de la instalación de soportes publicitarios en la vía pública, de la emisión de cuñas y anuncios en las principales cadenas locales, de la realización de acciones de educación ambiental en mercados municipales y de la entrega de material informativo a la ciudadanía, se ha puesto el foco en la necesidad de clasificar selectivamente los biorresiduos y, también, de acabar con un problema tan importante como extendido: el desperdicio alimentario.

Según el Colegio Oficial de Dietistas-Nutricionistas de la Comunitat Valenciana (CODiNuCoVa), los valencianos y valencianas desperdiciamos más de 117 millones de kilos de alimentos al año y el 90% de este desperdicio se genera en casa. Una cifra demasiado alta como para no tenerla en cuenta e impulsar actividades encaminadas a fomentar un consumo responsable de alimentos.

Tanto en su cartelería como en sus redes sociales, el Consorcio Baix Vinalopó ha dado visibilidad al producto de temporada y local, fomentando su consumo y compartiendo prácticas como planificar las comidas, revisar proporciones y conservar correctamente los alimentos. Porque, como recuerdan desde esta entidad, no se trata de no comprar, sino de hacerlo con cabeza.