ELCHE. El Ayuntamiento no quiere vivir más episodios como el del bloque 8 de San Antón, desalojado al completo de urgencia por grave riesgo de colapso. Aunque después del episodio, técnicos municipales hicieron inspecciones en el resto de edificios para evitar riesgos, la realidad es que ya había informes previos de inmuebles con necesidades urgentes de intervención. En este caso, los bloques 4 y 5 de los que ya se informó a principios de mes. El problema viene, una vez más, por el deterioro del hormigón y su mala calidad, en algunos casos, llegando a la carbonatación, lo que lleva a la corrosión del acero. 

Así, el Consistorio invertirá hasta 283.000 euros durante cuatro meses para garantizar la estabilidad en el medio plazo de sendos bloques, apuntalándolos, instalando morteros y otras medidas de saneamiento. Una intervención que desde la Junta de Gobierno se calificó de urgente, y que llegaba tan solo tres meses después del desalojo. Eso sí, el informe firmado por el arquitecto municipal sobre la necesidad de actuar en sendos edificios era previo al incidente del bloque 8. Una situación que viene de más lejos, y que se basa en medidas similares de rehabilitación estructural de 2010.

Ahora ya se ha activado el procedimiento para contratar a una empresa, teniendo en cuenta el contexto. Mejor no esperar. Se realizará una rehabilitación estructural parcial para cumplir unos decretos de ejecución subsidiaria ya que los vecinos no han ejecutado las obras requeridas en las previas órdenes de ejecución. Actuando en los números 2, 4, 6 y 8 de la calle Arcipreste Torres (bloque 4) y en los 1, 3, 5 y 7 de Obispo Cubero (bloque 5). Una situación que precisamente contó Elche Plaza, con vecinos que se sentían desagraviados porque el Ayuntamiento no estaba actuando en este último bloque, el 5, donde ya ha habido recientemente colapsos en pisos, sin lograr que toda la comunidad se implique en las actuaciones de reforma. Ahora actuará el Ejecutivo.

Carbonatación en pilares, caídas de cascotes y deficiencias en escaleras

Se van a reparar los pilares de la planta baja, que sufren disgregación del hormigón del recubrimiento del acero estructural. Un efecto de la corrosión de las armaduras. Lo que se debe a la humedad por roturas de las tuberías del edificio y colindantes, todo más afectado por la carbonatación del hormigón, síntoma de su baja calidad constructiva. También se van a reparar los frentes de vuelos de balcones en fachada, por la caída de trozos de enfoscado. Se actuará con su refuerzo, en los forjados exteriores y laterales, también por la humedad y oxidación de las viguetas. 

Asimismo, se van a sanear las armaduras corroídas en los vuelos de los balcones, regenerando su superficie con mortero. También se deben reparar los torreones de escalera, por la pérdida de funcionalidad de la lámina impermeable de las cubiertas.

Por tanto, en general ambos bloques sufren de la mencionada carbonatación, el proceso químico de envejecimiento del hormigón, por el que pierde sus cualidades, y se 'desintegra' fácilmente, y que lleva aparejada la corrosión de las armaduras de acero, lo cual depende de varios factores, pero sobre todo en este caso influye la humedad. Tanto al hormigón como al acero. Se apuntalarán en general pilares de hormigón armado con pilares metálicos, por su daño estructural, se sanearán y limpiarán superficies, eliminando la corrosión, regenerando superficies, reforzando forjados y aplicando imprimación anticarbonatación. Durante el proceso se incidirá en la limpieza, relleno de juntas y reposición de cerramientos y revestimientos de zonas comunes, comercios y viviendas. 

A la espera de poder empezar con derribos

Cabe recordar que todas estas son actuaciones de transición hasta la renovación definitiva de todo el barrio, lo que pasa por la demolición de los viejos bloques y el realojo de los vecinos en los que se vayan construyendo. Ahora están adjudicadas las obras de demolición de los edificios 11 a 14, aunque por ahora solo se podría actuar con dos. Como ya era conocido desde el año pasado, Pimesa ya dispone como tal de los bloques, formalmente desalojados, pero con varios casos de ocupación por resolver para poder derribar. De ahí que estos vayan a ser escalonados. Paralelamente, en los últimos años han sido varias también actuaciones como esta, de apuntalamiento por caídas de cascotes de pilares y similares.