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Valencia SAD, historia fallida de una reestructuración de deuda

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VALENCIA. Todavía en estado de shock, perplejo y con los ojos como platos, paso a darles mi particular opinión sobre el affaire de la tan cacareada refinanciación, "fantasma", de la deuda del Valencia CF SAD (no toda, solo aquella garantizada, en su día, por las parcelas del viejo Mestalla), llevada a cabo (¿con mano de hierro?) por el impenitente presidente, el señor Llorente y su acólito financiero de cámara.

El primer calificativo que se me ocurre para este sainete es el de esperpéntico. ¿Ponerlo todo en cuestión para dejarlo todo igual? ¿un año más? Parece una broma, ¿verdad? Pues no lo es. Meses de conversaciones y reuniones han dado como conclusión un roll over de un año más de oxigeno para la respiración asistida de nuestro club.

Mismas condiciones económicas y financieras, amen de una simpática comisión de 241.000 euros por novación del crédito. Se me antoja un pobrísimo bagaje el obtenido en la negociación, si es que esta existió alguna vez, entre empleado y dueño (o quizá, también empleado pero de mayor rango).

Estoy seguro que el tándem Llorente y Gómez, presidente y vicepresidente, Manolo y Javier en la mesa de negociación con el bankero, llevaron la cartera repleta de alternativas financieras para que Bancaja/Bankia se sintiera cómoda. Estoy seguro, como reputados gestores empresariales que son.

Me lo puedo imaginar. Un menú, bien aderezado, como el siguiente:

Ejecución de las garantías. Este podría haber sido el primer punto del orden del día. Hacer valer la tasación de CB Richard Ellis y el conocimiento que la consultora tiene sobre ese patrimonio inmobiliario, ganado en estos dos últimos años previa factura, frente al acreedor crediticio. Al parecer las tasaciones se han vuelto volátiles, como los mercados financieros: 500, 400, 175, 100, ¿cero? Parece vía muerta.

Ampliación de capital. Otra posibilidad planteada sobre el papel ha sido que Bancaja a través de alguna de sus filiales (Bancaja Inversiones) pasara a convertirse en accionista de la sociedad con el objetivo de destinar estos fondos de la ampliación de capital a la amortización de parte de la deuda del club, no necesariamente la de Bancaja. Sin comentarios. El fantasma de Martinsa-Fadesa encima de la mesa. Entendible.

Ampliación de capital bis. Nuevo capital para la recapitalización directa del crédito, total o parcial, a gusto del acreedor. Las alternativas no faltan en el equipo negociador pero otra vía muerta, el acreedor ahora es Bankia (razón Madrid).

Restructuración de la deuda. La parte del crédito no amortizado o capitalizado de las opciones anteriores sería reestructurada en dos tramos. Vamos, lo natural. Un tramo vinculado al negocio recurrente del club (habría que ver dónde va el nuevo estadio) y otro al patrimonialista, ambos dos con plazos de amortización dilatados en función de cada uno de los negocios subyacentes. Quizá incluyendo algunos años de carencia a favor del acreditado adaptados a la coyuntura actual.

Concurso de acreedores. Otra alternativa muy pronunciada, en alto y en bajo, por el presidente ya que es aquí donde se entiende que el Valencia CF SAD tiene fuerza negociadora frente a la entidad de crédito. Lógico. Las consecuencias de este proceso son inviables al ser previsible la expulsión de la competición europea de la Champions League.

Todo en cuestión para que nada cambie. La conclusión final, la que es oficial y hemos conocido, la real, es la novación por un año adicional en unas fantásticas condiciones económicas, las mismas que las pactadas en su día, para la entidad acreedora (Bancaja/Bankia) sobre un deudor (Valencia CF SAD) que siempre ha cumplido sus compromisos de pago y que ha demostrada capacidad suficiente para generar ingresos, más allá de la coyuntural presencia de sus diferentes gestores y estrategias, para atender el servicio de deuda.

Estrepitoso fracaso con el proveedor deportivo para un club de la entidad del Valencia CF. Decepcionante resultado de la gestión de la refinanciación del crédito de 241 millones de euros. ¿Lo próximo? seguramente un sponsor para nuestra senyera a precio de saldo. Menos mal que siempre nos quedará Unai.
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