ALICANTE. Un total de 9.167 espectadores se dieron cita la tarde-noche del viernes en el estadio Rico Pérez para asistir al Hércules CF-Algeciras CF con el que arrancaba la tercera jornada en el grupo 2 de Primera Federación.
No obstante el horario marciano (tratándose de un viernes) establecido para la disputa del choque, consecuencia del acuerdo de la Real Federación Española de Fútbol con LaLiga para que esta explote los derechos audiovisuales de la categoría, la afluencia reafirmó al Rico Pérez como la instalación de titularidad pública en la que se concentra regularmente un mayor número de personas en la ciudad de Alicante, cuya población de derecho es de 360.000 habitantes y de casi 500.000 la de hecho.
🏟️ ¡Hoy somos 9.167 espectadores en el Rico Pérez!
— Hércules CF 💙🤍💯 (@cfhercules) September 12, 2025
💙🤍 ¡Gracias, afición!#HérculesAlgeciras
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Eso sí, los valientes que respondieron a la llamada del fútbol y acudieron a apoyar al equipo de Rubén Torrecilla, que venía de encajar una fea derrota en Can Misses contra el Ibiza y les regaló una segunda aún más deshonrosa (por la forma), volvieron a encontrarse un estadio en un estado deplorable, que le hace rivalizar con instalaciones deportivas de zonas en conflicto como puede ser la ucraniana Zaporiyia.
En agosto, el Hércules anunció que buscaba "una solución definitiva" para el Rico Pérez de la mano de la Generalitat Valenciana, propietaria del mismo desde 2018... pero nada más se ha sabido. Es más, desde el Consell y más concretamente el Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) titular del derecho de propiedad sobre el estadio desde mayo de 2017 (tras adjudicarse el mismo en el marco del procrso de liquidación de bienes y derechos de Aligestión Integral), han declinado responder a este medio todas las veces que se les ha interpelado por lo anterior desde entonces.
El club, que como arrendatario hasta mayo de 2032 (con base a un contrato en el que en su momento se subrogó el IVF como arrendador) está obligado a asumir el mantenimiento y al pago de un alquiler anual que asciende al 7% de los ingresos brutos por temporada (suma muy modesta en Segunda Federación, pero no ya en Primera Federación y no digamos en el fútbol profesional), también anunció que llevaría a cabo "obras de urgencia" (antes del inicio de la competición hace ya tres semanas), pero estas no fueron más allá de una limpieza más concienzuda de las zonas comunes, pintar alguna pared interior, atornillar asientos que estaban sueltos y colocar altavoces provisionales en la visera de la grada de Tribuna Alta.
La triste realidad es que el Rico Pérez hace tiempo que superó el punto de no retorno. Sus 51 años de vida y la indolencia tanto del Hércules, primero como propietario y luego como arrendatario, como del Ayuntamiento de Alicante, la citada Aligestión y el Consell como arrendadores, ha llevado a que el estadio de la alicantina calle Foguerer Romeu Zarandieta se encuentre en una situación límite que solo se soluciona con piqueta. Y es que, como el banco del Consell sabe porque tiene informes técnicos que así lo atestiguan, la falta de mantenimiento se ha traducido en problemas estructurales desde hace años.
Los aficionados al fútbol (y contribuyentes) llevan ya dos jornadas recordando con pancartas y cánticos a quien quiera oír que no solo Alicante necesita un estadio a su altura, es que puede ocurrir algo grave. La segunda de ellas menos de 24 horas después de que el alcalde Luis Barcala asistiera al acto de presentación del fútbol formativo del club blanquiazul, posara para la foto sobre el césped e incluso se comprometiera con el desarrollo de una futura ciudad deportiva blanquiazules. Al president de la Generalitat, Carlos Mazón, reconocido aficionado herculano y nieto de un expresidente de la entidad, hace mucho más tiempo que no se le ve por el Rico Pérez. Tampoco se vio en su día a su antecesor en el cargo, un Ximo Puig que trató de impulsar la reconversión del estadio en una instalación multiusos, pero el proyecto no pasó de algún trabajo preparatorio residual.
Desde el Palau (primero PSPV-PSOE, Compromís y Podem y luego PPCV y Vox) se han dedicado casi siempre a pastorear el tema, mientras que Enrique Ortiz (gracias a quien el Hércules ha levantado la persiana los últimos años, cuando el primer blanquiazul se arrastraba por el segundo sótano del fútbol español, donde los ingresos brillan por su ausencia) amagó en el pasado con recomprar el Rico Pérez, pero esa es una vía que ahora ya no está tan clara.
