ALICANTE. El Hércules de Rubén Torrecilla protagoniza un arranque de curso decepcionante y el domingo tiene ante el Alcorcón toda una final anticipada.
Las alarmas ya han saltado en Foguerer Romeu Zarandieta y no solo el técnico se juega su futuro, es que muchas miradas estarán también puestas en unos jugadores que no están rindiendo al nivel esperado, protagonizando no pocos errores groseros que está pagando el grupo con una sucesión de derrotas que le han llevado a zona de descenso.
Los sufridos aficionados blanquiazules están de uñas; ya lo expresaron en el Municipal Cartagonova, donde los 900 herculanos que se dieron cita salieron tarifando, pero también lo están haciendo en las redes sociales. Huelga decir que Torrecilla es el principal señalado por los unos y los otros, pidiendo la inmensa mayoría de ellos su cabeza, pero la lista de responsables para el entorno no se agota en el entrenador que, por otro lado, hace las veces de socorrido escudo para los que trabajan en los despachos y para el resto de integrantes vestuario: a los futbolistas también se les asigna una significativa cuota de responsabilidad en el chisgarabís en el que vive instalado el equipo. La actitud es innegociable y no pocos de ellos están adoleciendo de ella… y a ello se han sumado gestos sobre el césped que no han pasado desapercibidos.

A nadie le escapa que no es fácil soportar el peso escudo del Hércules y aún más cuando vienen mal dadas, pero es ese es el precio a pagar por jugar de blanquiazul. Futbolistas como ‘Bolo’, Rentero o Ben Hamed no se han visto en otra igual y eso tiene su peaje. Precisamente en las filas del Alcorcón milita hoy un Borja Martínez que sabe bien el precio del mismo, lo caro que pude salir vestir la elástica del Hércules en tiempos de tribulación.
Exigir paciencia al herculano medio está fuera de lugar, pero pedirla puede entrar dentro de lo lógico porque resulta evidente que sin la grada de su lado la cuesta será todavía más empinada para el Hércules de Torrecilla.