BENIDORM. El final de una edición de un festival de música, con la nostalgia del público y su resaca emocional, es uno de esos momentos estratégicos para la venta de entradas de la siguiente edición. Es cuando se lanzan las promociones más económicas y se capta a los aficionados más fieles. Una oportunidad perdida para el Low Festival de Benidorm, que el pasado mes de agosto tuvo que renunciar a esa campaña al no tener garantizada su continuidad por el fin del convenio de colaboración con el Consistorio, tras quince años de trayectoria en la ciudad alicantina de los rascacielos.
Producciones Baltimore, promotora del evento, contaba con el compromiso del Ayuntamiento de Benidorm para asegurar su permanencia. “Nos decían que todo iba a seguir adelante”, afirma José Piñero, CEO de la compañía. Sin embargo, el posible acuerdo se topó con la regularización del espacio en cuestión, la Ciudad Deportiva Guillermo Amor, a través de la Unión Temporal de Empresas (UTE) que había resultado ganadora en la licitación para la gestión del recinto y que cambiaba por completo las condiciones de trabajo.
“Primero recibimos la notificación de que perdíamos una subvención de 123.000 euros y, después, que la continuidad debía acordarse con las condiciones de esa nueva UTE que gestionaba el espacio”, explica el promotor. Unos requisitos que pasaban por el pago de un canon de 300.000 euros y la cesión de los ingresos por los puestos gastronómicos y foodtrucks, equivalente a unos 260.000 euros. “Eso hacía inviable el acuerdo”, sentencia Piñero.
El panorama era radicalmente diferente. Mientras que hasta ahora disponían de la cesión gratuita del recinto y contaban con una subvención de más de 120.000 euros, con las nuevas condiciones pasaban a costear 560.000 euros solo para empezar a trabajar. Todo ello, sumado al bloqueo en la gestión que estaba suponiendo no poder iniciar la campaña de entradas y abonos, así como los contactos con los artistas para la confirmación del cartel. “Para nosotros ha sido muy duro; nos estábamos ahogando”, confiesa el CEO de la promotora.
Después de meses intentando llegar a un punto en común de forma infructuosa, incluso con llamadas sin descolgar por parte del Consistorio, según confiesa Piñero, hace unas semanas tomaron la decisión de trasladar la cita de tres días simultáneos de música en directo hasta otra ciudad costera de la provincia de Alicante. Un lugar que desvelarán el próximo martes, 11 de noviembre, en una rueda de prensa en la ciudad escogida, donde también tienen previsto dar a conocer los primeros nombres del cartel de ese nuevo Low Festival, que cumplirá su décimo sexta edición tras su arranque en la ciudad de Alicante en 2009 y su posterior traslado a Benidorm durante los últimos quince años.

- Actuación de Pet Shop Boys en el Low Festival 2025 -
- Foto: RAFA GALÁN
40 millones en 15 años
En esos quince años de trayectoria, con catorce ediciones por la cancelación de 2020 a causa de la pandemia, el festival ha visto pasar por sus escenarios hasta 927 bandas diferentes, contando con los artistas más destacados del panorama nacional y con invitados de excepción a nivel internacional, e incluso impulsando la carrera musical de numerosos artistas y bandas emergentes. “Hay muchos cantantes y grupos de música que han crecido con nosotros”, recuerda Piñero. Un tiempo en el que calculan que han invertido hasta 40 millones de euros, que se han podido traducir en hasta 150 millones de euros de impacto económico en la ciudad. “Un evento así sirve para que la ciudad gane más dinero”, explica el promotor.
3,5 millones en juego para 2026
La próxima cita del Low Festival, con un emplazamiento aun desconocido por el público, supondrá una inversión de hasta tres millones y medio de euros, según las cifras dadas por la propia compañía. Un volumen de negocio que no estaban dispuestos a perder con más retrasos y rodeos. La urgencia por la concreción de los contratos con los artistas y la venta de las entradas y abonos, les ha impulsado a tomar esta “dolorosa decisión”, que han anunciado este mismo viernes. Lo que hará recalar la millonaria inversión en otro municipio costero de la provincia de Alicante, con su consiguiente impacto económico en el sector hostelero y hotelero local. “Queríamos que tuviese mar y así va a ser”, sentencia Piñero. Una ubicación en la que entra en juego, además, la no “canibalización” de otros festivales de Producciones Baltimore, como son el Warm Up, en Murcia; el Oasis Festival, en Elche, y el Spring Festival, en la ciudad de Alicante.
“El Low somos nosotros”
“El nuevo emplazamiento tiene playa y se hará en un recinto mejor y más cómodo”, asegura el empresario. “Cambia la ciudad, pero el Low Festival somos nosotros, las bandas, el público y el ambiente, vayamos donde vayamos”, afirma, dejando ver que esta nueva etapa que ahora inician seguirá contando con el mismo concepto y la misma idea original. “Vamos a organizar la mejor edición del Low Festival de la historia”, sentencia, al tiempo que agradece la colaboración que ha percibido en todo este tiempo “junto a los hosteleros, hoteleros, comerciantes y ciudadanos” de la ciudad de Benidorm. “Durante estos años, nos hemos sentido en casa”, concluye.
Oportunidad para la promoción
El Low Festival se había convertido en una pieza clave para la promoción de Benidorm para atraer turistas jóvenes. Un perfil que era una cuenta pendiente, y que cuando llegó el evento a la ciudad, tenían como objetivo para ampliar mercados y conseguir nuevos adeptos a largo plazo. Estos visitantes podrían volver al municipio en otros momentos de ocio fuera del evento musical y durante el resto de su vida.

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Su celebración, primero en la zona de l’Aigüera y después en la Ciudad Deportiva Guillermo Amor, ocasionó algunas críticas por parte de los vecinos que escuchaban en sus casas los conciertos o veían cómo sus opciones de aparcamiento se reducían. Por ello, incluso hubo ediciones en las que se regalaron entradas a los residentes de la Colonia Madrid, la más cercana al recinto. Un punto que también se ha visto reflejado en el comunicado del Ayuntamiento de Benidorm tras conocer la decisión de la promotora. El único detalle que ha manifestado la administración local sobre la negociación tiene que ver con el horario de finalización de la emisión de la música: las 02.30 horas para los fines de semana.
Como se decía, uno de los escollos que ha tenido la negociación es la nueva área de conciertos que han promovido en la Ciudad Deportiva, en concreto, en los campos Hermanos Martínez Munuera, que servía de segundo escenario, el mediano. El Ayuntamiento ha ideado un espacio para conciertos durante el verano, que tiene como obligación la celebración de mínimo seis conciertos y un máximo de diez cada verano en diferentes formatos y durante cuatro años. Una decisión que pone más presión sobre la programación que puedan preparar para el próximo año sabiendo que el municipio ha perdido este festival consolidado.
La otra cara de la moneda era la empresarial, como el sector del taxi o la hostelería, que veían como en estos días la actividad se incrementaba. No así los hoteles, ya que al celebrarse en el mes de julio o principios de agosto, las reservas se dan por aseguradas, es más, en alguna ocasión se ha planteado la opción de moverlo de fecha a temporadas menos concurridas para atraer huéspedes.