VALÈNCIA. Son las tres de la madrugada, nos encontramos en Cofrentes. Allí se van a producir las primeras "descargas" (así las llama Aemet) de un "factor metereológico extraordinariamente extremo" que acabará en tragedia. A esta hora, por tanto, simples "descargas" que a las cinco de la mañana se transforman en "el primer tren convectivo" en el interior de la provincia de Valencia, entre las comarcas de la Safor, la Ribera Alta y el sur de la Foia de Bunyol. La intensidad "torrencial" de la lluvia se traduce en una primera llamada al 112, a las 5.03h de la mañana, en Cofrentes: "Agua en inmueble". Y otra ocho minutos después desde Xàtiva: "Carretera cortada por acumulación de agua (lluvia)".

Así da comienzo la jornada del 29 de octubre en la 'centralita' del 112 de la Generalitat Valenciana. Pero es a partir de las seis, con la acumulación de las tormentas y el despertar de la población, cuando crecen los problemas a causa, por ahora, de las lluvias. "Le entra agua en la vivienda en cascada", apunta un agente a las 6.03h por un aviso desde l'Enova (Ribera Alta). Seis minutos después, otra alerta en la misma comarca, en Senyera: "Se le inunda el garaje por la lluvia". A decenas de llamadas por la entrada de agua en los hogares se suman muchas otras por carreteras impracticables y coches atrapados en el agua en municipios como Tous, Manuel, Villanueva de Castellón, l'Alcudia, Alzira o Alberic, desde donde llama alguien a las 7.17h para avisar de que "se ha desbordado agua del barranco" apenas un cuarto de hora después de que otra persona pidiera ayuda porque se estaban "inundando todas las casas del barrio".

El análisis de las casi 20.000 llamadas que recibió el 112 aquella jornada permite visualizar geográficamente, casi como empleando un papel de calco, cómo las peticiones de auxilio y avisos a la Generalitat Valenciana evolucionaron junto con el temporal y, poco a poco, vinculados al desbordamiento de ríos y barrancos, atestiguaron el "evento natural más trágico en la historia reciente de nuestro país", señala Aemet, y que mostró en l'Horta Sud su rostro más funesto.

A partir de las siete de la mañana, la tempesta se desplaza hacia el norte, haciendo un barrido "en diagonal" a la provincia, pasando por municipios como Llombai o Montroi y alcanzando de lleno las comarcas de la Foia de Bunyol y la Plana de Requena-Utiel. Allí va a llover "durante gran parte del día hasta la noche descargando aproximadamente sobre la misma zona con gran intensidad". Y son estas precipitaciones, "con persistencia e intensidad muy fuerte o localmente torrencial" en lugares como Requena y Utiel -atravesados por el río Magro-, y Buñol, Cheste o Chiva -el nacimiento del barranco del Poyo- las que, sostenidas en el tiempo, acabarán desatando la furia de la corriente cauces abajo.

De hecho, es allí donde empiezan los principales problemas en los cauces hacia el medodía. Un "sótano lleno de agua hasta arriba, hasta el techo", se registra a las 11.41h desde Requena, en la primera llamada de un auténtico aluvión que en las dos primeras horas deja una cuarantena de avisos atendidos por el 112 en este municipio: a las 12.30h se notifica el "barranco desbordado". En Utiel salta la alarma a las 12.52h con "cuatro vehículos bloqueados por el agua". Y a ella le siguen, en una sola hora, otras treinta solicitudes de auxilio de gente atrapada en sus coches o naves industriales, personas mayores en casa sin poder subir y avisos por "agua arrancando vallados". El río Magro ha comenzado a rugir y este agua se dirige hacia el embalse de Forata, el que centrará todas las miradas en el centro de emergencias (Cecopi).

La segunda tormenta catastrófica

Sin embargo, el cielo todavía no ha dicho su última palabra y sin dejar de llover, con menor intensidad según la zona, a partir de las 14h se forma "una intensa y muy extensa supercélula" -la madre de todas las tormentas- que, para desgracia de los valencianos, bate "varios récords nacionales de cantidad e intensidad de precipitación". Una tromba descomunal que se suma a la que ya había caido en el interior de la provincia y resulta en un combo fatídico tanto rambla abajo de la presa de Forata  -tuvo que desagüar gran volumen ante el riesgo de rotura- como en el barranco del Poyo.

El caos vespertino está servido, tal como refleja la evolución de las llamadas al 112, que pasadas las 15h empiezan a colapsar la 'centralita'-sin cesar los numerosos avisos en Utiel o Requena- tanto desde el Camp de Túria (Riba-roja, Loriguilla, Vilamarxant), donde las lluvias nutren de caudal el río Túria, como desde la Foia de Bunyol, la Ribera Alta y, la más perjudicada, l'Horta Sud.

La dos primeras de una lista imparable sobre el barranco del Poyo se producen en Chiva, a las 16.40h, para alertar de que el agua empezaba a entrar en sendas viviendas. Un minuto después, otra: "Se le está inundando la casa", registran los agentes del 112. Y otra: "4-6 personas, el agua a punto de entrar en la vivienda". A las 16.50h: "cuatro personas atrapadas en vivienda por crecida del río". Tan solo tres minutos después: "Chalet de solo planta baja con agua por la cintura". Es el inicio de una riada que devastará más tarde l'Horta Sud, donde ya se han registrado desde la mañana llamadas por inundación en viviendas y locales.

Coches arrastrados, viviendas anegadas, personas incomunicadas e infraestructuras destruidas copan los avisos a esta altura del barranco del Poyo, también de gente subida a los tejados o a las terrazas. A las cinco y media, un vecino pide el rescate por la "fuerte riada" en Chiva: "Agua por el nivel del tejado de la vivienda". El agua inunda todo a su paso y la magnitud del desastre la hace inabarcable: incluso un vecino de Cheste tiene que llamar al 112 de Madrid. Sale humo de los teléfonos: se llega a contar una decena de llamadas en un solo minuto.  A las 17.52h, en Cheste, "se ha desbordado el barranco y se está inundando una empresa". Y a la misma hora, piden ayuda también más al sur, en la rambla del Magro, en Guadassuar, Alginet o Algemesí (Ribera Alta), donde dos ancianos, por ejemplo, llaman porque en su casa, el agua llega por "encima de los tobillos".

La catástrofe en la 'zona cero'

Es a partir de las seis de la tarde cuando todo acaba de enloquecer en el 112. Riba-roja ya vive la 'barrancá' en sus propias carnes y empleados de gasolineras, camioneros y conductores se encaraman a lo alto de sus vehículos. "Se ha desbordado la rambla del Poyo", dice alguien a las seis y media. Solo se puede explicar el vertiginoso 'tsunami' de llamadas a Emergencias desde este municipio con el gráfico que acompaña esta información. También la futura 'zona cero', en l'Horta Sud, empieza a sufrir las consecuencias. Torrent y Paiporta son los primeros en recibir el golpe de la riada. "Dos policías y mucha gente en peligro inminente", alerta alguien desde Torrent, donde a las seis y media ya hay "coches flotando" con gente dentro y minutos después, en una carretera el "agua llega por la cintura" y "la corriente se les lleva". A las 18.46h, otra llamada dice que "el barranco se ha desbordado" y su casa se está inundando.

"Se está desbordando el barranco" y "no han cortado la zona", alertan varias llamadas desde Paiporta. Tres personas llaman desde una caseta eléctrica; cuatro, "subidas a un columpio"; otras dos lo hacen desde el techo de una gasolinera, más gente solicita ayuda sobre una fábrica, tres más desde un sótano sin poder salir. Alguien ve a un hombre "colgado en una rama" y hasta "70 personas encima de una valla agarrados". Las peticiones de auxilio se cuentan por decenas también en Picanya, desde donde advierten del desbordamiento a las 19.12h. Se evacúa a vecinos "en coche a través de las vías del tren", hay "50 personas encima de un trailer" y otra mujer "sujeta a la señal" tras arrastrar su coche el agua.

El primer aviso por la riada en Catarroja llega a las 18.56h. A partir de aquí, la historia se repite: "tres personas atadas a algo sujetándose en la puerta de la peluquería", "se ahoga la vecina y le tira sábadas", "mujer subida encima de un arbol", otra "enganchada en un toldo". Hay quien "escucha gritos" y una decena de personas, se resguardan encima de las estanterías de una tienda. También ocurre en Massanassa, donde las llamadas empiezan a las 18.41, cuando se advierte de que "más de 50 coches se los lleva el agua" o de que una familia "se ahoga" dentro de una óptica. Y en Alfafar, a partir de las 20.11, justo en el momento en el que la población recibe el ES-Alert. Pero obviamente, ya es tarde: en ese preciso instante, hay tres personas "atrapadas" en la primera planta del Ikea.

El río Magro también descarga la fuerza de su caudal sobre los municipios de la Ribera Alta. En Guadassuar, por ejemplo, la autovía ya estaba anegada a las 17.44h, pero es una hora después cuando se alerta del desbordamiento y a partir de cuando se sucen las llamadas telefónicas de emergencia de personas incomunicadas, trabajadores aprisionados o alguien en un bajo inundado y literalmente con el agua al cuello. En l'Alcudia, que ya había tenido problemas por la mañana, advierte a las 18.03 de la tarde sobre personas encima de contenedores, o gente mayor que "no puede moverse e ir al piso de arriba". Y en Algemesí, a las 18.22 se alerta del desbordamiento del Magro, con decenas y decenas de historias similares.

Los contactos con la 'centralita' del 112 se suceden incesantes durante la noche, con centenares de personas solicitando ayuda desde sus viviendas anegadas, otras tantas desde sus vehículos inundados o arrastrados, o en medio de las riadas agarradas a cualquier parte para salvar sus vidas. Experiencias que será complicado olvidar pero que quedaron inalterables, para siempre, registradas con un número de incidente, una fecha, una hora y un motivo. El motivo: una "palmaria ausencia de avisos".