ALICANTE. El Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible tendrá que expropiar, finalmente, más de 94.000 metros cuadrados (94.402) de suelo para poder ejecutar otra de las actuaciones estratégicas del Corredor Mediterráneo: las obras de adaptación al ancho estándar del tramo La Encina-Alicante. El gabinete que coordina Óscar Puente activó el proceso de compra forzosa de ese suelo a finales de abril, como anticipó este diario. Se trata de un paso imprescindible para poder ejecutar la ampliación de vías requerida, después de que se haya oficializado la adjudicación de las obras a la Unión Temporal de Empresas (UTE) compuesta por Syneox-Rover, por un importe de 129,4 millones. Y ahora comienza a concretarse el alcance del proyecto, aunque por el momento se desconoce cuál puede ser la inversión adicional requerida para asumir la propiedad de los terrenos afectados por el trazado.
Las parcelas objeto de expropiación se encuadran en los municipios de Caudete (provincia de Albacete), Villena, Sax, Elda, Petrer, Monovar, Novelda, Monforte del Cid, Agost, San Vicente de Raspeig y Alicante (todos de la provincia de Alicante) hasta entroncar con el Puerto de Alicante. En su mayor parte, esos 94.000 metros a expropiar corresponden con suelos no urbanizables. Pero, además, se requiere de la imposición de servidumbres, en otros 15.374 metros, mientras que las ocupaciones temporales abarcarán un total de otros 107.764 metros, según fuentes del ministerio.
Se trata de una actuación que, junto a la implantación del ancho estándar entre La Encina-Bifurcación Xàtiva (en su conexión con el baipás de Almussafes-València Font de Sant Lluís) hará posible que los trenes de mercancías tengan continuidad en ancho estándar, tanto en dirección sur -conectando con Andalucía y Murcia- como hacia el norte, siguiendo por la Comunitat Valenciana, Cataluña y el resto de Europa, según remarcan fuentes del ministerio.
Además, la renovación de la línea, que permitirá que circulen trenes de distintos anchos y propulsión eléctrica, repercutirá en una mejora de los servicios de media distancia Villena-Alicante y de cercanías Alicante-Sant Vicent de Raspeig, al reforzarse al fiabilidad y capacidad de la vía.
Por su ubicación geográfica, el tramo es un enclave estratégico en el área de influencia de la provincia de Alicante. El trazado parte de las conexiones con el Nudo de La Encina hasta la entrada a la estación de Alicante. La actuación contempla la implantación del ancho mixto en vías generales y vías de apartado. Y, además, se construirán vías de apartado para trenes de mercancías de hasta 750 metros en las estaciones de Caudete, Sax y Monforte del Cid y se adecuarán la longitud, altura y anchura de andenes.
Pendiente de los sistemas de seguridad
Al margen de la inversión necesaria para completar las expropiaciones, y de los 129 millones por los que se ha adjudicado la ejecución de la infraestructura, el proyecto debe sumar también la inversión necesaria para acometer otro proyecto complementario, para el que se había estimado un coste de otros 51 millones. Se trata de la instalación de sistemas de seguridad adaptados a la explotación en ancho mixto en ese mismo tramo entre La Encina y Alicante, en un contrato que debe volver a licitarse después de que Adif desistiese del concurso que convocó en mayo de 2024 al constatar que en el pliego de condiciones no se preveía el sistema europeo de gestión del tráfico ferroviario ERTMS de nivel 2 (se había previsto el de nivel 1).
En todo caso, ese contratiempo no impediría que pudiese abordarse la ejecución del contrato matriz ya adjudicado -el de la implantación del ancho mixto- toda vez que se trata de actuaciones independientes: una sobre la infraestructura y otra sobre la superestructura. De este modo, el retraso en el segundo contrato no afectará a la ejecución del proyecto principal.