ALICANTE. La Autoridad Portuaria de Alicante da un paso adelante con el fin de deshacer el litigio enquistado en torno a la construcción de la estructura flotante situada en la bocana de la dársena interior. Ese paso se traduce en la contratación de un informe pericial sobre el contrato de ejecución de las obras de construcción de dicha plataforma: una suerte de isla concebida como elemento de conexión con la que se pretendía completar un circuito peatonal de acceso público entre los muelles de Levante y Poniente, en la que se había proyectado incluir un restaurante de carácter singular como elemento tractor de visitantes.
La construcción de esa isla flotante se adjudicó a Vías y Construcciones por un importe inicial de 2,1 millones y sus obras se iniciaron de forma efectiva en abril de 2022. Su construcción se dio prácticamente por finalizada a principios de 2023, cuando quedó configurada como plataforma completamente diáfana, de 34,80 metros de longitud y 20 de anchura, provista de una forma rectangular salvo en su extremo orientado hacia el exterior de la dársena, que es curvo. Con todo, todavía no ha llegado a tener uso por el conflicto planteado en torno a su ejecución.
De hecho, ese informe pericial debe desentrañar las obligaciones del Puerto y de la empresa adjudicataria de las obras, asumidas a través del contrato de construcción, así como el estado en el que se encuentra la propia plataforma, a la vista de la controversia planteada en cuanto a su estabilidad, tras los problemas detectados en la fijación de sus pilastras sobre el lecho marino. De hecho, el hallazgo de un hundimiento parcial propició que se produjese su revisión con el consiguiente proyecto de consolidación, en una actuación que se acabó desplegando en junio de 2023.
No obstante, el desarrollo de esos trabajos no permitió dar por zanjado el litigio. Tanto es así que la obra no se ha dado por recepcionada, a la espera de que se realizasen nuevas pruebas de carga con el propósito de que se acreditase la capacidad de asumir el peso de la estructura del restaurante proyectado sobre su superficie, adjudicado a una alianza empresarial liderada por Forty Group y Alicante Gastronómica desde 2022. En concreto, la propuesta planteada por ambas compañías comprende la instalación de un edificio con cuerpo elíptico, distribuido en tres alturas, que quedaría provisto de tres espacios distintos. La planta baja se reserva para la instalación de un bar cafetería con un jardín central. En la planta primera se proyecta un restaurante acristalado con vistas a la ciudad, y en la terraza superior una zona para coctelería, adornada con una lámina de agua.
Paseo público y barco-taxi
Ese edificio ocuparía 393 metros cuadrados de los 669 metros cuadrados de superficie del conjunto de la estructura flotante, de modo que se reservará un pasillo de tres metros como zona de paseo de acceso público. Además, los concesionarios del restaurante debían asumir el mantenimiento y manejo de la embarcación que prestará servicio de taxi marítimo que permitirá el desplazamiento del público desde los muelles 5 y 8 hasta la isla. Por lo pronto, la Autoridad Portuaria ya ha recibido la embarcación diseñada para prestar ese servicio, cuya construcción se adjudicó a la empresa Nasai Marine por un importe de 463.430 euros (impuestos incluidos).
No obstante, su uso con el propósito para el que fue diseñado sigue sujeto a la propia operatividad de la estructura flotante a la que debe dar servicio. De ahí que se haya promovido el encargo de ese informe pericial, adjudicado a Artic Infraestructure Managment por 17.908 euros. Su elaboración debe quedar concluida en un plazo de dos meses, por lo que estaría disponible antes de que concluya este verano. A partir de sus conclusiones, se tratará de desbloquear la situación. En principio, se baraja la posibilidad de que el informe permita que Vías y Construcciones (del grupo ACS) asuma la realización de las pruebas de carga que permitan acreditar el uso público del espacio. Con todo, no se descarta que el conflicto acabe dirimiéndose en vía judicial, en el supuesto de que persistan las discrepancias respecto a la construcción de la estructura.