Alicante

Alicante inspecciona de nuevo el estado del Teatro Principal para lanzar su reforma

Revisa el inmueble con el propósito de actualizar información sobre su situación actual, tres años después de que se abordase la última memoria de necesidades. En ese informe se cifraba la inversión requerida en más de 3,5 millones

  • El patio de butacas del Teatro Principal de Alicante.
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ALICANTE. La reforma del Teatro Principal de Alicante comprometida desde hace dos mandatos no se ejecutará a corto plazo. El equipo de gobierno, del Partido Popular (PP), ha vuelto a promover una revisión del estado del edificio y de sus equipamientos con el propósito de actualizar la información sobre cuáles son sus deficiencias antes de cerrar el proyecto de rehabilitación definitivo que se someterá a concurso público para la contratación de sus obras

Ese nuevo estudio, promovido por las concejalías de Cultura e Infraestructuras, trata de precisar cuál es la situación actual del inmueble, después de que hayan pasado más de tres años desde que se elaboró la última memoria de necesidades de la que se dispone hasta ahora, según concretaron fuentes municipales consultadas por este diario. En ese informe inicial, se dejaba constancia de la existencia de filtraciones por la existencia de deficiencias en la cubierta, además de la presencia de humedades en los camerinos, y de distintos desperfectos en la fachada exterior. A la postre, se llegaba incluso a ofrecer una primera estimación del coste de las obras que resultarían necesarias para reparar ese conjunto de deficiencias. En concreto, se señalaba que debería acometerse una actuación por un presupuesto de más de 3,5 millones. 

Dicha cifra supera, en consecuencia, el importe reservado para el desarrollo de esa reforma integral desde que la Generalitat se sumó a la comunidad de bienes propietaria del teatro, en diciembre de 2018. Entonces, la administración autonómica -representada por la Conselleria de Cultura- asumió cerca de un tercio de las participaciones de la comunidad de bienes adquiridas a partes iguales por 3 millones a sus dos cotitulares hasta entonces: el Ayuntamiento de Alicante y la Fundación Banco Sabadell. Se trataba de una suma con uso finalista, que solo podía emplearse para la ejecución de esa reforma.

Desembolso adicional

Tanto el Ayuntamiento como el Sabadell han confirmado ya la disposición de sus correspondientes 1,5 millones para financiar esa intervención. De hecho, el propio alcalde, Luis Barcala, ha venido reivindicando el respeto a ese compromiso al presidente del Sabadell, Josep Oliu, y a su homólogo del BBVA, Carlos Torres, en sendos encuentros celebrados con motivo del traslado de la sede de la primera entidad a Cataluña y de las negociaciones sobre la OPA de la segunda sobre el Sabadell. Con todo, lo cierto es que todavía no se ha llegado a poner en marcha el concurso para contratar la ejecución de esos trabajos, después de varios anuncios formulados a lo largo de 2024 sobre el desbloqueo de los fondos y sobre el impulso a la redacción de los pliegos. En lugar de dar ese paso, el equipo de gobierno se habría decantado por inspeccionar de nuevo el inmueble para cuadrar un proyecto definitivo, que atienda todas las mejoras que resultan imprescindibles, a pesar de que pueda suponer un incremento en el importe de la intervención a realizar, como parece plausible. En ese caso, quedaría por resolver cómo se cubriría ese desembolso adicional entre los tres cotitulares de la comunidad de bienes propietaria del coliseo.

Además, el proyecto de intervención definitivo podría quedar sujeto a la revisión previa de la propia Conselleria de Cultura toda vez que el teatro es un inmueble en trámite de catalogación que ya queda reconocido como Bien de Relevancia Local (BRL), por lo que resultaría necesario su beneplácito antes de que pudiesen abordarse sus obras. Por lo pronto, la actualización del informe sobre el estado del edificio habría resultado oportuno a la vista del episodio de desprendimiento de un fragmento de cornisa en la fachada que recae sobre la calle Castaños, que propició la instalación de una malla para evitar el riesgo de caída de cascotes a finales de este mes de enero. Se trató de una actuación de carácter menor para afianzar ese tramo de cornisa, aunque supuso un indicio más sobre el deterioro de algunos de los elementos de su cubierta.

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