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MEMORIA DE NECESIDADES PREVIA A SU REHABILITACIÓN

La cirugía global que necesita el Principal: más de 3 millones para reparar goteras y renovar materiales 

  • El patio de butacas del Teatro Principal de Alicante, en imagen de archivo.

ALICANTE. La rehabilitación del Teatro Principal de Alicante -reivindicada pero no ejecutada a lo largo de más de una década- no será una intervención menor. Ni por envergadura, ni por importe. El informe técnico de evaluación sobre el estado del inmueble elaborado por la Concejalía de Infraestructuras tras dos visitas de inspección técnica giradas en marzo, refleja la existencia de múltiples desperfectos producto del deterioro de los materiales y de la aparición de filtraciones que elevan el presupuesto estimado de la reparación y puesta al día del edificio por encima de los 3,5 millones de euros. Es decir, más de los 3 millones contemplados inicialmente para acometer la remodelación, en función de la aportación realizada por la Generalitat cuando asumió un tercio de las participaciones de la comunidad de bienes que gestiona el teatro, en diciembre de 2018.

Según pudo conocer Alicante Plaza, en ese informe se formula un diagnóstico detallado sobre los principales problemas que presenta el edificio. Se trata de deficiencias generadas por su antigüedad, por efecto del paso del tiempo, por problemas relacionadas con una mala ejecución -sobre todo, por lo que concierne a añadidos posteriores, como los camerinos o la ampliación de la caja escénica- o por un diseño que ahora deviene inadecuado, al no ajustarse a los requisitos actuales de la edificación. No en vano, las obras del Principal se iniciaron en 1845; quedó parcialmente destruido durante los bombardeos de la Guerra Civil, lo que forzó que tuviese que ser restaurado entre los años 1939 y 1941; y fue reformado entre los años 1985 y 1992 para ampliar la escena y su tramoya, aumentando su altura total en el área ocupada por el escenario.

Así, se concreta que su reparación requiere de una operación de cirugía general que permita subsanar una amplia enumeración de deficiencias. En este sentido, el estudio apunta que esa reforma debe poner el foco fundamentalmente en la cubierta del edificio, para atajar los problemas de goteras y filtraciones que han obligado a instalar lonas y cubos para recoger el agua en varios espacios del teatro, así como en la cobertura de los forjados internos, en los que se ha detectado pequeños desprendimientos de bovedillas cerámicas que han motivado la instalación de una malla metálica para afianzarlas. Además, por lo que respecta a los problemas estructurales, también se plantea la necesidad de reparar el forjado exterior en toda la fachada para taponar filtraciones generadas por desgaste de sus muros. 

Pero no solo eso. El informe concreta que el inmueble presenta daños motivados por el diseño constructivo, como la existencia de filtraciones en los camerinos que se generaría a partir de la zona ajardinada instalada sobre su cubierta, en la plaza de Ruperto Chapí, de cuya configuración actual podrían derivar gran parte de los problemas de humedades, según el estudio. Además, también pone el acento en la necesidad de renovar todos los pavimentos (salvo los de mármol) por el estado de deterioro que presentan tanto sobre el escenario, como en los pasillos laterales y en el patio de butacas. Y otro tanto sucede por lo que respecta a los propios sillones, que se recomienda restaurar o sustituir para procurar la confortabilidad requerida en un espacio que registra una numerosa afluencia de público.

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