ALICANTE. El progresivo aterrizaje de inversores en la calle Rafael Altamira de Alicante ha llevado al equipo de Gobierno, el bipartito compuesto por PP y Cs, a planificar la reurbanización de ese eje céntrico de la ciudad para adecuar su fisonomía y sus equipamientos. Se trata de llevar a cabo una renovación que permita mejorar los servicios de uno de los ejes clave para vertebrar el centro de la ciudad, que sirve de cauce lógico para los desplazamientos peatonales entre la Rambla y la Plaza del Ayuntamiento. De hecho, esa condición ha acabado por conferirle un potencial turístico ya indiscutible que ha atraído el interés de la iniciativa privada.
Primero llegó el Hotel Amérigo. Después, el hotel actualmente en fase de obras junto al edificio histórico del Ayuntamiento. Y en los próximos meses, el establecimiento que promueve el fondo estadounidense Vista Investments junto a la familia Soler. Todo, sin contar con el futuro que pueda tener el edificio subastado por el Colegio de Aparejadores, Arquitectos Técnicos e Ingenieros de la Edificación de Alicante (COAATIEA) por 1,7 millones, que también podría rehabilitarse para pasar a tener un uso turístico, bien como apartamentos o bien como nuevo hotel.
La concentración de esas actividades ha provocado que el bipartito dirija su mirada hacia el estado actual de la calle con el propósito de darle un nuevo carácter que realce su condición como punto de interés turístico que se ha ido imponiendo en los últimos años. Así, según fuentes municipales, se trabaja ya en un estudio para evaluar qué opciones concretas de mejora podrían incorporarse a través de un proyecto que se debería ejecutar a medio plazo, en el margen de los dos próximos años.