ALICANTE. La aplicación de la tecnología a la moda ha sido la base del último proyecto del diseñador alicantino Yvan Andreu: Aura. Un trabajo con el que conquistó al jurado del XIII Samsung EGO Innovation Project durante la 71ª edición de Mercedes-Benz Fashion Week de Madrid, que se llevó a cabo el pasado mes de enero. Consiste en un sistema tecnológico aplicable a diversas piezas textiles y que funciona a través de gafas o mascarillas, con cámaras de visión térmica que detectan la temperatura corporal del interlocutor, aplicando después cambios en el color de la ropa a través de sensores.
Según explica el creador, este dispositivo "mide la energía que proyecta una persona; su auténtica aura". Lo hace mediante parámetros como la temperatura corporal, un elemento que sirve para canalizar pensamientos, estados de ánimo y sentimientos. Por ejemplo, "si una persona ha recibido una mala noticia, su reacción suele ir unida a un descenso drástico de la temperatura corporal mientras que, si recibe una alegría, el estado de éxtasis o el subidón de adrenalina suele ir asociado al aumento de los grados", explica el diseñador. La cámara, que percibe estos valores, emite una señal a unos sensores de luz led que se colocan en distintas partes de la pieza y que a su vez emiten diferentes colores, en función de lo que esté viendo la persona. "Si detecta calor, emitirá colores cálidos en gamas de amarillos, naranjas y rojos... mientras que si nota frío emitirá colores azules", describe.
Una tecnología que bien podría predecir, por tanto, si el interlocutor de esa persona tiene fiebre, uno de los principales síntomas del estado avanzado de la enfermedad que provoca el coronavirus, que ha puesto en alerta máxima a todo el planeta. Sin embargo, esta no era la intención inicial del diseñador, obviamente. De hecho, las mascarillas que utiliza Aura tampoco están diseñadas con ningún objetivo sanitario y por tanto no son útiles para combatir el COVID-19, aunque Yvan Andreu no descarta modificarlas para tal fin si el público lo solicita. "El objetivo era medir lo intangible convirtiéndolo en algo físico", apunta el creador, que une así la tecnología al diseño de sus habituales piezas con corte minimalista.