VALÈNCIA. "Esta historia ya estaba escrita, no es un descubrimiento, no lo hemos descubierto nosotros como documentalistas, ni Óscar Vives, ni el grupo de memoria histórica de Benassal". Así se refería el pasado domingo el director Rafael Molés al documental Experimento Stuka, que ha codirigido junto a su compañero Pepe Andreu. Durante años han asegurado que, precisamente, el descubrimiento de un documento desconocido (el llamado Informe Függer) había permitido poner punto final a un misterio fundamental para entender la II Guerra Mundial (el ataque con bombas de 500 kilos a cuatro pueblos de Castellón en mayo de 1938). Pues ahora resulta que no había tal misterio, que no han descubierto nada porque la historia ya estaba escrita, y que ellos se han limitado a documentarla con los 217.000 euros de dinero público que ha costado la cinta (según los datos facilitados por A Punt).
Molés hizo estas declaraciones en el especial del programa especial La Qüestió que la cadena pública emitió el pasado domingo por la noche. Presentado por Jessica Crespo, al espacio no se invitó a ninguna voz discrepante que pudiera ensombrecer esta cinta que ganó el premio al mejor documental de los I Premios del Audiovisual Valenciano, pero que no logró ni una sola de las diez candidaturas a las que aspiraba en los Goya.
Desde À Punt explican que, al tratarse de un especial de La Qüestió, el formato sufrió modificaciones con respecto a lo que es habitual. En lugar de apostar por un debate en el que todos los puntos de vista estaban representados, prefirieron orientarlo más como una extensión del propio documental con la presencia, únicamente, de los protagonistas. A la pregunta de si los espectadores habían sido advertidos o se darían cuenta, desde la cadena pública entiende que es normal que un formato pueda sufrir modificaciones y que no se avisan explícitamente pero consideran que el espectador es capaz de darse cuenta.