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conservación de la fachada y descarte del anexo previsto en su patio interior

Alicante reorienta con IMED el proyecto de hospital en el Asilo de Benalúa para preservar el edificio

1/06/2020 - 

ALICANTE. El proyecto promovido por el Grupo IMED para rehabilitar y transformar el antiguo Asilo de Benalúa en un centro hospitalario parece cobrar forma casi tres años después de que se registrase la propuesta y de que se formulase la solicitud de licencia de obra. Fuentes consultadas por Alicante Plaza precisaron que la Concejalía de Urbanismo y representantes de IMED han alcanzado un principio de acuerdo para reorientar el proyecto de modo que se garantice la restauración y conservación de la fachada original del complejo y se respete la configuración de su patio interior

De acuerdo con el proyecto inicial, en ese patio interior se preveía la construcción de un nuevo edificio, que podía llegar a alcanzar hasta cuatro alturas. No obstante, con la reformulación actual, ese nuevo edificio anexo -que se había diseñado como una estructura acristalada para que pudiese funcionar como centro de recepción conectado con el resto de edificios- se redimensiona y se reubica en la medianera del complejo, con lo que se consigue mantener la configuración actual del recinto, dejando exento el edificio histórico para ponerlo en valor

Así, esa nueva edificabilidad ganada respecto al inmueble preexistente se reparte y se redistribuye en su perímetro, de modo que queda desvinculada de la construcción original, tras la presentación de un nuevo estudio de detalle que modifica la propuesta inicial formulada por IMED. De hecho, según las mismas fuentes, el objetivo de la redefinición del proyecto es recuperar la fachada original, en la que se incluía un campanario.

En función del proyecto inicial, el Grupo IMED, a través de la empresa Gestión y Explotación Hospitrés, preveía la construcción de cuatro quirófanos, 24 consultas y 42 habitaciones repartidas en las dos plantas superiores, además de cinco cabinas dentales y seis salas de tratamiento de estética. Además, la propuesta original incorporaba una planta de sótano para aparcamiento y el citado edificio de cristal anexo -en principio de solo dos plantas- que se emplazaría en el patio. 

En principio, se preveía una inversión de 3,6 millones para actuar sobre una superficie total de 12.931 metros cuadrados. No obstante, los números de esa propuesta original se modificarán ahora para ajustarlos a la reconfiguración del proyecto.

Como publicó este diario, IMED alcanzó en 2016 un acuerdo definitivo sobre el uso del inmueble con su propietario: el Obispado de Orihuela-Alicante, que adquirió los derechos del edificio después de que la congregación de las Hermanas de los Pobres Desamparados, abandonase la gestión de la antigua residencia de ancianos. Ese fue su uso prácticamente desde su apertura, en torno a 1885. Su construcción se inició en 1880 antes gracias a donativos y a la cesión del solar por parte del Marqués de Benalúa en el momento en el que se estaba desarrollando el conjunto del barrio. Ese acuerdo quedaba supeditado a que el inmueble se mantuviese como centro asistencial de interés social, según se recogía en la versión del catálogo de protecciones elaborada bajo el mandato del extinto tripartito, que no llegó a aprobarse, en 2017.

La función inicial del inmueble fue "dar cobijo a transeúntes, ancianos y enfermos, así como a personas en situación de desamparo". Esa función se fue ajustando hasta convertirse en un asilo, primero, y en una residencia para la tercera edad, después. Ahora permanece sin uso, pese a que los residentes del barrio de Benalúa vienen reivindicando desde hace más de una década su rehabilitación como centro social. 


El Grupo IMED solicitó la emisión de un certificado de compatibilidad urbanística en agosto de 2017 para comprobar si su proyecto para reconvertir el edificio en un hospital privado tenía o no encaje en el Plan General. La Concejalía de Urbanismo resolvió, entonces, que el uso propuesto (centro hospitalario) sí era viable para ese emplazamiento. De ahí que el grupo persistiese en su iniciativa y presentase solicitud de licencia, mientras se dirimía si el edificio debía quedar reconocido como Bien de Relevancia Local (BRL) en el catálogo de protecciones cuando el equipo de Gobierno formado por el PSOE en solitario trató de impulsar la revisión del documento que no llegó a aprobarse en 2017. Las dudas sobre la necesidad de catalogación con ese reconocimiento (el de BRL) se planteaban ante la existencia de una capilla religiosa, anterior a 1940.

En la nueva versión del catálogo de protecciones, ahora en fase de exposición al público, sí se incluye el edificio como inmueble a conservar, aunque no bajo la figura de BRL -como sucede con todas las iglesias de la ciudad, a partir de lo dispuesto en la nueva normativa urbanística sobre la materia- después de que se haya considerado que el antiguo asilo es un edificio asistencial que no debe contar con la consideración de edificio religioso por el hecho de albergar una capilla en su interior. En todo caso, según las fuentes consultadas, su hipotético reconocimiento como BRL no hubiese evitado de manera automática el desarrollo del proyecto del hospital. Primero, porque se trata de un uso compatible con la protección del inmueble. Y segundo porque IMED solicitó licencia antes de esa posible catalogación, con lo que no podían introducirse restricciones de uso a posteriori.

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