ALICANTE. La reforma del Teatro Principal de Alicante no debería sufrir más demoras. El equipo de gobierno, del Partido Popular (PP), pretende abordar la rehabilitación comprometida desde el año 2018 -cuando se produjo la incorporación de la Generalitat a la comunidad de bienes propietaria de la sala- antes de que finalice este año con la convocatoria del concurso que resulta necesario para externalizar la redacción de su proyecto.
Los técnicos de la Concejalía de Infraestructuras que asume la responsabilidad de su ejecución ya tienen prácticamente finalizada la preparación de los pliegos de la convocatoria por lo que la licitación debe producirse en un margen máximo de dos meses. Se trata del primer paso para que las obras puedan abordarse a lo largo de 2025, en una fecha todavía por determinar, ya que depende de los plazos de entrega del proyecto redactado. Y de los tiempos que resulten necesarios para preparar el segundo concurso, que atañe a la contratación de la empresa que asumirá la realización de las obras.
Los departamentos de Infraestructuras y Cultura que coordinan las ediles Cristina García y Nayma Beldjilali aspiran a que los trabajos puedan ejecutarse en la segunda mitad del año que viene, con un calendario de obra distribuido en fases en el que se evitaría interferir en el desarrollo de la programación. De hecho, durante el mandato precedente ya se anticipó que las obras podrían iniciarse en el exterior del edificio sin que resultase imprescindible un hipotético cierre temporal. La fase que abarque el espacio escénico y el patio de butacas, por su parte, se abordaría en los meses en los que no existiesen representaciones.
Como mínimo, la consecución de esos objetivos no se vería condicionada por impedimentos que suelen interferir en otras obras municipales como la disponibilidad presupuestaria, ya que la financiación de la reforma queda garantizada con los tres millones aportados por la Generalitat con destino finalista (reservados para la reforma del edificio) cuando se plasmó la compra de un tercio de las participaciones de la comunidad de bienes del teatro.
Tanto el Ayuntamiento como la fundación del Banco Sabadell -los otros dos copropietarios originales- ya han comprometido la aportación de los 1,5 millones que les corresponden a partes iguales. E incluso ya se ha cumplimentado el trámite de la retención de crédito municipal que resulta indispensable, lo que supone la reserva específica de la suma con la que participa la administración local en ese proyecto, según confirman fuentes municipales consultadas. Ese paso supone que no habrá que esperar a disponer de financiación, porque ya está reservada y habilitada de forma expresa sin más condicionantes.
No obstante, quedaría por precisar cuál sería el importe definitivo de las obras a ejecutar. Se trata de una cuantía que dependerá, precisamente, del proyecto de ejecución a redactar ahora, a partir de la memoria de necesidades aportada por el departamento de Infraestructuras. Por lo pronto, en ese informe se detallaba que el edificio del teatro revestía problemas estructurales que -entre otras patologías- provocaban filtraciones de agua, por lo que se cifraba el coste de las reparaciones a emprender por encima de los 3,5 millones.
La cirugía global que necesita el Principal: más de 3 millones para reparar goteras y renovar materiales
Además de la reparación de esos daños, el proyecto de rehabilitación debería incluir la incorporación de nuevos elementos de mejora de la caja escénica y la escenografía de la sala relacionados con la sonorización, la iluminación o el uso de medios audiovisuales. Al tiempo, también debe contemplarse la sustitución de las butacas, dado el grado de deterioro que presentan en la actualidad. De ahí que pueda resultar necesario suplementar los 3 millones comprometidos con fondos adicionales.
Junto al presupuesto definitivo, el proyecto de ejecución también será determinante para precisar los plazos para la realización de los trabajos, que podrían prolongarse durante cerca de un año en el caso de que se persista en su realización por fases para no interrumpir el normal funcionamiento de la sala.