MÚSICA

Airbag: "Nunca nos ha dado miedo evolucionar, aunque pudiésemos perder fans por el camino"

El trío malagueño gira con el nuevo EPVida Extra (Sonido Muchacho, 2024) y la promesa de sorprender a sus fans con el rescate de alguna de las perlas ocultas de un repertorio que ya abarca ocho álbumes y veinte años de recorrido

30/05/2024 - 

VALÈNCIA. La trayectoria musical de Airbag podría describirse con una línea de progresión lenta, pero ascendente. Nunca han golpeado el tablero con un hit indiscutible, de esos que a veces catapultan a los grupos y les permiten saltar en cuestión de unos meses de una sala de 200 personas a figurar en la cabecera de ciertos festivales nacionales. Quizás por eso mismo, el trío malagueño tiene fama de tener una base de seguidores envidiable: fiel, pero no borreguil; muy entregada y por lo general con un gran conocimiento de la discografía de la banda. De los que cantan las canciones de pe a pa y se pegan codazos entre sí para comentar en cuál de los elepés del grupo aparece la canción que se está tocando. 

La banda visitó por última vez la ciudad en abril del año pasado para presentar las canciones de su octavo álbum de estudio, Siempre tropical, editado por el sello madrileño Sonido Muchacho. Ahora regresan con un EP, Vida extra, que contiene tres nuevos temas. Como Airbag es un grupo que huye del aburrimiento como de la peste, su repertorio será notablemente diferente al de su último concierto en Valencia.

“Uno de nuestros grupos preferidos de toda la vida son los Ramones, pero siempre nos quejábamos de que se pasaron veinte años tocando exactamente el mismo directo. No entendíamos por qué no rescataban otras canciones buenísimas que están en los discos”, comenta Adolfo Díaz cantante y guitarrista de este grupo que, desde que se fundó en 1998 ha mantenido siempre la misma formación, con Adolfo, Pepe Medina (bajo y coros) y José Andrés Albertos (batería).

“Sabemos que hay un bloque de entre seis y ocho canciones que no podemos dejar fuera nunca, porque son las favoritas de la gente y también son por lo general las que más nos gustan a nosotros. Pero nuestro repertorio varía mucho de un día a otro, y tenemos en cuenta qué set list tocamos en una ciudad, para no repetirnos la siguiente vez”, añade.

Una de las curiosidades de los conciertos de Airbag es que suelen dejar caer alguna perla de esas que solo captan los seguidores más acérrimos. Hablamos de esas canciones que, aun siendo muy buenas, quedan eclipsadas por otros cortes del disco. Después, el tiempo va pasando y esas canciones van quedando en el olvido (sobre todo si estás acostumbrado a escuchar discos a través de plataformas de streaming). “Esto nos ha pasado muy a menudo. A mí me da mucha rabia ver cómo pasan desapercibidas canciones que sé que son muy buenas, por eso nos gusta meter en los conciertos temas de cara B, de esas que están un poco escondidas en nuestra discografía. Y es curioso, porque siempre se acerca alguien después del concierto y nos dice que le ha molado mucho ese tema, pero piensan que es nuevo”. 

“La gente (aunque yo confieso que también he pensado así en alguna ocasión) tiende a creer que cuando un grupo tiene en el mercado muchos discos, su nuevo material ya no va a aportar nada. Se da por hecho que sus mejores canciones ya están hechas. Pero, como creadores de canciones, nosotros no podemos creer eso, porque sino te estancas y ya seguro que no te sale nada bueno. Hay que tener una cierta ambición, pero de la sana. Y yo estoy convencido de que los últimos discos de Airbag contienen algunas de las 15 o 20 canciones de nuestra trayectoria”.

Del punk rock al power pop

Airbag es, ante todo, un grupo de amigos. Adolfo, Pepillo y Jose se conocieron de niños en Estepona y empezaron a tocar juntos cuando apenas tenían 15 años. Al principio tocaban en el patio de la casa de Adolfo, o en el campo de los abuelos de Jose y Pepe (que son primos). Después en bares, de ahí pasaron a salas pequeñas… un recorrido sin prisa, pero sin pausa, que les lleva hasta el día de hoy. Por el camino, eso sí, pasaron cosas importantes que les ayudaron a darse a conocer en el resto de España. Jota, de Los Planetas, se quedó prendado del grupo cuando les descubrió con su primer LP, Mondo Cretino (2000), que habían editado con el sello independiente granadino Wild Punk. Tanto es así que les llevó de gira como grupo de apertura en un momento en el que Los Planetas ya eran los reyes de la escena alternativa nacional. 

En aquellos primeros años, Airbag era una banda de punk rock melódico con un aura muy luminosa, que cantaba letras de temática juvenil. La fórmula les funcionó bastante bien -entre otras cosas, firmaron por el sello de Jota, El Ejército Rojo, filial de Sony, y empezaron a cimentar una buena base de fans-, pero pronto empezaron a introducir nuevos ingredientes en su música. Además de su conocida admiración por el surf y el power pop, han hecho guiños a la psicodelia y han metido cuerdas o un mellotron cuando así lo han considerado. Su último disco, sin ir más lejos, es imposible de encuadrar en un estilo concreto: comienza con Finales alternativos, una canción 100% Planetas, en la que de hecho canta Jota, incluye un tema de hardcore (Todo mal) y de repente cierra con una canción acústica de medio tiempo (Perros y datos). 

Pop observacional

También las letras, como es lógico, han cambiado mucho a lo largo de todos estos años.  Más que las poéticas abstractas o el comentario político, lo suyo siempre ha sido el pop observacional. Sin embargo, el recuento de lo cotidiano es diferente a los 20 que a las 40. Hay veces, nos confiesa el músico andaluz, que les resulta imposible interpretar algunas canciones de los inicios. “No nos vemos cantando algunas de ellas, porque no nos sentimos conectados a esa realidad naif de cuando íbamos al instituto. Otras, como 22, creo que han soportado mejor el paso del tiempo porque se cantan desde una perspectiva nostálgica, recordando un suceso anterior”.

“Yo desde niño siempre me he fijado mucho en todo lo que me rodeaba”, confirma Adolfo. La gente, las situaciones… Y ahora lo que hago es que, cuando surge algo interesante, lo apunto enseguida en el móvil con notas de audio, para que no se me olvide”, añade. “Las canciones que más me he divertido escribiendo han sido las que me han salido a borbotones; una frase después de otra. Esas canciones que mientras la vas componiendo ya sabes que va a ser una de las mejores. Como Cómics y posters o La ola perfecta. Son cosas que ves claras, como cuando Pepillo trae alguna idea de casa y en la primera escucha ya sabes que es la ostia. En fin, esto es así. Te puedes pasar meses sin hacer una sola canción, y de repente en tres días sacas seis. Hay que aprovechar esos momentos, porque las ideas que se van, no vuelven”.

“En cualquier caso -apunta-, somos un grupo curioso. Entre la gente que no nos conoce a fondo somos un grupo catalogado como inmovilista. Como una media copia de los Ramones, y poco más. Sin embargo, los fans que han estudiado nuestra discografía te dirán todo lo contrario, que siempre hacemos cosas nuevas en cada disco”.

El problema (y la virtud) de las bandas veteranas con una base de seguidores muy sólida es que los fans tienden a analizar y fiscalizar cada paso que da el grupo. Y eso, es una banda que no tiene miedo a evolucionar musicalmente, puede llegar a ser problemático. “A nosotros eso no nos importa. Somos muy conscientes de que cada giro y decisión arriesgada que damos puede no gustar a un sector de nuestro público, pero nosotros estamos en esto porque nos flipa la música, y tenemos que ser honestos con lo que hacemos, así que no hemos cedido ninguna a la presión. Sabemos que hay fans de la etapa más punk rock que se han quedado por el camino, pero otros nos han seguido. De todos modos, y esto lo digo como aficionado a la música, lo verdaderamente importante son las canciones. A mí me gustan grupos que no han cambiado su estilo jamás y otros que han evolucionado a saco y son super cambiantes. Si las canciones son buenas, lo demás es secundario”.

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