Hoy es 26 de noviembre

La argentina lanza 'Naiki' y el canario, 'Buenas noches'

Ser Nicki Nicole o ser Quevedo: dos artistas con nuevo álbum, pero distinta prensa

26/11/2024 - 

ALICANTE. La semana pasada, dos artistas internacionales lanzaron disco el mismo día. Quevedo (Buenas Noches) y Nicki Nicole (Naiki). Fue el 21 de noviembre, aunque para ser más exacta Quevedo lo publicó a las 00:00 horas, por lo que ya era 22. Anyway. Si buscas sus nombres en Google, a fecha de redacción de este artículo (25 de noviembre) del primero aparecen noticias estrictamente relacionadas con su disco, mientras que de la segunda, sobre su vida personal y sentimental. ¿Es Quevedo más relevante que Nicki y por eso se presta más atención a su carrera profesional? ¿O es, simplemente, un hombre existiendo en la industria musical?

Sobre la supuesta superioridad del canario, su Spotify señala 25,7 millones de oyentes mensuales, mientras que su Instagram arroja 3,5 millones de seguidores. Por su parte, la rosarina mueve 20,1 millones de oyentes mensuales, una cifra más o menos pareja a la que maneja el español. Pero es que la argentina gana por goleada en la red de la cámara: 22,7 millones de seguidores. Así que no, por números no es Quevedo notablemente más relevante, si bien Nicki lleva más tiempo en la escena. Sí influye el contexto: es el álbum que le devuelve a la música tras un retiro temporal de nueve meses. Tiempo en que sus fans han llorado su pérdida y han ansiado su vuelta. Salvando las distancias, así se sentirán los y las fieles de Rihanna por su barbecho musical. Salvando las distancias, insisto.


Nicki Nicole

Quevedo

  Spotify

20,1

25,7

  Instagram

22,7

3,5

  YouTube

5,3

2,1

  TikTok

15

2,7

                                                                                                                           *Expresado en millones

No le culpo a él por la simple condición de haber nacido hombre. Como tampoco se culpa a la mujer por ello, ¿no? Es la sociedad y, me tiro piedras sobre mi propio tejado, la prensa quienes han decidido que se habla sobre eso y desde esa perspectiva. Pese a haber sacado Quevedo un disco totalmente sexualizado (no lo critico, es un tema universal en la música) y Nicki, un álbum que la regresa a sus orígenes más raperos. Es cierto que algunos medios han apuntado ciertas críticas sobre el álbum del canario, pero, repito, sobre Nicki se han comentado más supuestos romances que la calidad -o no- de su EP.

Análisis de los álbumes

Buenas noches

La primera escucha de Buenas noches ya deja claro que el disco peca de largo. Son 18 temas repetitivos no tanto en el sonido como en la temática. Quevedo lo tenía hecho; 12 era el número, como las horas del reloj de su contraportada y como continuación del marketing. También se confirma el cambio de target que venía protagonizando su música hacia un público más bien adolescente o jovencísimo adulto. El discurso de sus letras -"tus padres no quieren escuchar mi nombre", "tus padres no te dejan salir y a mí no me dejan entrar" o "me llama cuando debería estar en la universidad"- lo delatan y también la forma en que enfoca el sexo, tema central en casi cada canción.

No todo es negativo. También hay estrellas brillantes en ese cielo de noche cerrada que ha pintado el español con su álbum. Yo rescato dos: las colaboraciones y el tema que da nombre al trabajo. Creo que por lo repetitivo que comentaba antes, los artistas que se suman al álbum rompen la monotonía sonora. Sobre el tema homónimo y que pone el punto final, que no se entienda como que es el único bueno, pero sí aporta algo más que el resto, dejando entrever un Quevedo más personal. Canta desde otro plano, un dolor que transmite como real.

Lo que más destacable -y grave- me parece en el cambio de personaje del canario es que, pese a que últimamente sonara a reggaeton, seguía siendo rapero. Me explico: aunque Cruz Cafuné haya sacado un bolero o el último disco de C. Tangana se centrara en música latina, se les sigue considerando raperos. Por su actitud, por los códigos que manejan, etc. Pero de Quevedo ya no queda este rastro. No ahora. Quién sabe si en el futuro volverá a virar el rumbo...

Aunque en YouTube la tendencia de comentarios es positiva, para mí Quevedo no ha cumplido con las expectativas puestas sobre él. No diría que es un disco brillante, menos aún si se aplica el contexto: es el trabajo de su vuelta. Está, más bien, hecho para colarse en las listas, tanto de plataformas digitales como de las cadenas de radio. Algo que confirma más todavía la colaboración con Aitana por el sonido cercano al pop.

Naiki

Y si uno se ha alejado del rap, la otra se ha vinculado al género. Es cierto que Nicki Nicole ha estado más en contacto con el R&B y el pop -mal llamado- urbano. Pero me remito al discurso anterior de que hay códigos que te acercan al rap aunque no sea ese puramente tu estilo. La rosarina ha apostado en Naiki por reconectar con sus inicios con un álbum compuesto por nueve canciones rapeadas y con sonidos trap e incluso algún deje funk. La estética que envuelve el trabajo se abre al hip hop mediante los outfits, los escenarios y los elementos como las bicicletas que, por cierto, podrían ser un guiño al videoclip de Wapo Traketero, un tema que publicó en abril de 2019. La portada y contraportada a grafiti también refuerzan el concepto y la imagen.

El EP es de consumo ágil y Nicki ha decidido que casi todo el peso recaiga sobre ella, a excepción de dos colaboraciones: We love that shit, la definición del trap argentino, con Khea, y Máscara, con Duki. A mi entender, esta última de las mejores del álbum, con un rapeo de ambos a la altura, una actitud chulesca y un visualizer que demuestra, como dice Abhir, que "sencillo no es lo mismo que simple". Traducido al refranero español, que menos es más. Es cierto que el tema que abre el trabajo, Veinti, funciona bien como intro porque presenta la línea que se va a encontrar el oyente durante los siguientes 20 minutos.

Pero Naiki tiene algunos puntos flacos. El rapeo no es regular. El flow, pero no el rapeo. En ocasiones, los cierres de las frases dan la sensación de quedar inacabados tanto en las letras como en el propio fraseo musical. Eso sí, la forma de fluir de la rosarina tapa bien los momentos de carencias que pueden surgir. Y aunque Nicki tiene un timbre agudo y sabe cómo usarlo a su favor, se dan momentos en que se rebasa la línea y llega a lo estridente para el oído. Pese a ello, el balance que saco del EP de la argentina es positivo.

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