IBI. El Instituto Tecnológico del Producto Infantil y Ocio (Aiju) ha valorizado residuos agroalimentarios de hortalizas como hojas de zanahoria, acelgas, lechuga, brócoli, extractos de remolacha, lignina y cítricos que, en forma de aditivos aplicados a matrices bioplásticas de juguetes, aportan propiedades como la coloración, menor inflamabilidad y efecto antimicrobiano.
Estos resultados se han obtenido dentro del proyecto BioMat4Future, que tiene una duración de 18 meses y ha sido apoyado por el Institut Valencià de Competitivitat Empresarial (IVACE), y cofinanciado por el programa operativo FEDER de la Comunitat Valenciana 2014-2020 con un importe de 219.782,00 €. Y en él han participado 4 empresas.
Pese a que las propiedades que los aditivos pueden aportar a la matriz plástica sobre la que se aplican son múltiples, AIJU ha analizado tres propiedades específicas; coloración, protección frente a la ignición y efecto antimicrobiano que pueden aportar a los bioplásticos sobre los que se han aplicado y los productos realizados con los mismos. Estos aditivos se incorporan al plástico en forma de masterbach o concentrados.
Así, el estudio de la coloración ha permitido observar estabilidad en el tiempo del color. El ensayo de inflamabilidad ha ofrecido un resultado de conformidad en todas las formulaciones obtenidas. Y la caracterización de las piezas ha revelado una mayor rigidez y fragilidad a mayor ratio de lignina. Además, los extractos de naranja y mandarina aplicados a estos productos han ofrecido como resultado un buen comportamiento antimicrobiano.
De este modo, todas las bioformulaciones obtenidas se han aplicado con éxito en demostradores de juguete. Un total de 14 empresas se han interesado por los resultados del proyecto. Entre ellas, siete se encuentran en este momento en colaboración directa con AIJU para la implementación de los resultados y se está negociando con cinco empresas más en el marco del proyecto BioFcase (Conselleria CONV21/DGINN/18).
Las hortalizas, frutas y tubérculos suponen un 40-50% de los desperdicios en alimentación y un problema medioambiental de grandes dimensiones. Solo en España se desperdician 176 Kg de alimentos anuales per cápita. La industria de la transformación de alimentos desecha el 39%, el comercio un 14%. Y el sector de la restauración y los hogares despilfarra un 42% de los alimentos. De modo que el concepto de economía circular requiere que estos residuos se reutilicen en aplicaciones de alto valor añadido.
Por lo que, para valorizar esta gran cantidad de desechos y contribuir a una economía circular real y efectiva es necesario investigar su reutilización y aplicación en sectores de mayor valor añadido. Este es el objetivo del proyecto BioMat4Future abordado por AIJU para la obtención de extractos naturales a partir de restos de esta industria.
La responsable técnica de este proyecto en AIJU, María Jordá indica que "la implementación de los resultados del proyecto BioMat4Future y otros anteriores como el Becoming Green en las empresas jugueteras es el primer paso de muchos para facilitar la contribución del sector a una trayectoria hacia la sostenibilidad real" y añade que "ello es realmente necesario ante la limitación de los recursos del planeta y el sobreconsumo instaurado en esta sociedad".
Por ello, subraya "Aiju, como centro tecnológico de referencia en el sector del juguete, está dispuesto a contribuir activamente y a facilitar a las empresas jugueteras la implementación de materiales bio en los productos y procesos productivos de sus empresas".