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los convierte en óxido de zinc para la industria química

AIJU diseña un sistema para reutilizar los residuos de las latas de refresco

9/02/2017 - 

ALICANTE. El Centro Tecnológico del Juguete, AIJU, ha dado con la fórmula para convertir los residuos metálicos de procesos industriales en un material muy codiciado en la industria química, el óxido de zinc, y así poder reutilizarlo. Estos residuos, según fuentes de AIJU, son los que se obtienen al fabricar las populares réplicas de coches en miniatura, por ejemplo, pero también en las latas de refresco que hoy en día utilizan todas las marcas.

Con la tecnología que está desarrollando el equipo coordinado por el este centro, bautizada 'Greenzo', los desechos que antes no se podían aprovechar se valorizan como uno de los componentes que se utiliza en el 90% de los procesos de la industria química, según dichas fuentes. Los residuos metálicos no férreos procedentes de la fabricación de vehículos en miniatura de imitación, herraje o pasamanería, se transforman en óxido de zinc (ZnO), dado que la aleación residual tiene un elevado contenido en zinc en su composición.

Según AIJU, el óxido de zinc obtenido mejora las propiedades respecto a los óxidos comerciales, ya que "ha demostrado su elevada área superficial, cuatro veces superior y un tamaño de partícula entre 2 y 3 veces inferior. Además, ha logrado catalizadores de reformado de etanol con alta actividad, incluso a bajas temperaturas (250ºC)", según dichas fuentes. AIJU ha llevado a cabo también, dentro de este proyecto, el diseño y desarrollo de la planta piloto preindustrial.

El óxido de zinc se obtiene en forma de polvo, y es un compuesto químico de color grisáceo por las impurezas que presenta. Es poco soluble en agua, pero muy soluble en ácidos. De él pueden beneficiarse, según el Centro Tecnológico del Juguete, industrias químicas como la farmacéutica, cosmética o metalúrgica, además de fabricantes de espejos, casas de moneda, componentes y baterías eléctricos, empresas de dispositivos y piezas dentales, cementos dentales y pinturas, entre otras muchas.

Las aplicaciones más importantes que se pueden obtener son caucho, cerámica y hormigón, plástico y linóleo, pigmentos y recubrimientos, cosméticos, medicinal y dental, catalizadores, desulfuración, fertilizantes, pienso de animales y suplementos dietéticos, así como síntesis de productos químicos. No obstante, "hay una serie de aplicaciones emergentes en el área de la electrónica y de la optoelectrónica, gracias a las características ópticas o eléctricas específicas de este semiconductor. Entre ellas podría usarse en leds, celdas solares, sensores y actuadores, pantallas de cristal líquido (LCD) o tejidos", señala AIJU.

Según indica el Dr. Chica, Científico Titular del CSIC en el Instituto de Tecnología Química de Valencia, "cabría resaltar la importancia de su elevada área superficial con respecto a otros ZnO comerciales, así como la presencia de ciertas impurezas como el Cobre (en forma de óxido, CuO), que podrían resultar interesantes para la preparación de catalizadores eficientes en el reformado de etanol para la producción sostenible de Hidrógeno"

El proyecto 'Greenzo', financiado por la Comisión Europea, consta de tres años y tiene como objetivo el diseño, desarrollo y puesta a punto de una planta piloto pre-industrial que permita valorizar los residuos metálicos no férreos derivados del proceso industrial de la transformación del Zámak, al obtener óxido de zinc como subproducto, el cual puede ser utilizado en la industria química. Coordinado por AIJU, participan del proyecto el centro de investigación ITQ-CSIC y las empresas Worteurop S.L. y Cauchos Karey S.A.

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