ALICANTE. Recta final del mes de enero, con todo lo que ello conlleva. Hay quien ha abandonado ya los propósitos de año nuevo (sí, me encuentro estos días a menos gente corriendo que a principios de 2019), y el Hércules comienza a despedirse de un arranque de año que no suele irle bien. Tras la derrota en Ontinyent, el equipo de Planagumà (y el propio entrenador) estaban obligados a salvar un 'match ball' ante el Villarreal, y vaya si lo hicieron. Remontando un tempranero gol del submarino amarillo que arrancó el ruido de fondo en el Rico Pérez, y los nervios por todas partes.
Lo hizo viendo el debut de Alfaro y Jona como herculanos, con buena nota para ser el primer partido de ambos, con reivindicación de Emaná (y polémica desde y con la grada), superando además al líder del grupo. Un guion que cualquiera firmaría. La única nota discordante del partido estaría protagonizada por el supuesto enfrentamiento del delantero camerunés con la grada. Evitando el 'clickbait', y contrastando versiones, podíamos intuir que un reducido grupo de asistentes al partido (no más de 5, a los que no puedo llamar aficionados) dedicaron algún improperio con tintes racistas al ariete africano. La mejor solución en estos casos pasa por parar el partido e informar al colegiado, que para eso está, pero el nueve herculano contestó a dichos personajes con un gesto tras el gol. Capítulo cerrado, pero de verdad les digo que no veo llegar el día en el que nos dejemos de mirar el color de la piel.
A orillas del Besós tiene la oportunidad el Hércules de recuperar el tren de la promoción por la vía rápida. Planagumà se reencuentra con uno de sus antiguos equipos, alabando además el juego ofensivo de los cachorros pericos. Entre sus filas destaca un jugador con pasado herculano como Moha, que estos días afirmaba que al Hércules del año pasado le faltaba ambición, y no andaba desacertado el marroquí. Dos antiguos futbolistas blanquiazules como David Gallego y Carlos Castro comandan la nave del filial espanyolista. Grandes recuerdos sobretodo del segundo. El lateral sevillano jugó en Alicante no pocos años, dejando siempre grandes muestras de profesionalidad y trabajo. Por ello mismo permanece en el recuerdo de los aficionados como uno de los artífices del regreso a Segunda División, que no se consiguió en cuatro días precisamente.
Seis puntos separan al Hércules del líder. Dos partidos, eso sí, con el golaveraje ganado al actual cabeza de cartel del Grupo III. Será el del domingo otro duelo para saber el objetivo por el cual peleará el conjunto alicantino. Si gana, se permite el lujo de seguir aspirando a la primera plaza. Si empata o pierde, puede irse despidiendo el plantel de Planagumà de luchar por la posición de privilegio, y deberá ir pensando en amarrar la promoción cuanto antes. Son realidades que dictan los números, no es cuestión de ser agorero y cenizo. Deberán ustedes buscar a otros que sepan cantar mejor las opciones optimistas de cualquiera, que servidor vive atado al presente y a la realidad, por gris u oscura que ésta se nos presente.
¿Traerá la última jornada de enero la confirmación del punto de inflexión del Hércules? Lo veo más cerca que hace quince días, por supuesto, pero aún es algo a confirmar. Recordemos que hace un par de meses no intuíamos que el equipo pudiese caer fuera de la promoción, algo que ha ocurrido. Tampoco esperábamos el bajón de rendimiento de la plantilla en bloque, que también sucedió. Si algo he aprendido de éste club es no esperar lo lógico de sus actos.
Hagan memoria, que a mitad de octubre los alicantinos eran líderes y tenían presidente. Y ahora ya ven. No lancen las campanas al vuelo nunca, sean críticos y observadores, que para populismo y humo ya tenemos la política.