VEGA BAJA. La presencia de residuos contaminantes no solo se circunscribe al cauce del río Segura. Sus arterias, las que dan vida a la comarca, las acequias y azarbes, también sufren los vertidos. En esas arterias, la presencia de residuos flotantes y de origen antropológico tienen dos procedencias, de origen doméstico o urbano y de uso agrícola. Un estudio de investigadores de la Escuela Politécnica Superior de Orihuela (EPSO) de la Universidad Miguel Hernández (UMH) revela que los residuos flotantes acumulados en la Vega Baja corresponden en su inmensa mayoría a plásticos de uso doméstico como puede ser botellas de agua y refrescos, de detergentes, de aceites de motor y recipientes, frente a los de uso agrícola. Estos solo representan el 3% y los flotantes vegetales apenas tienen presencia en la red de acequias.
Según el estudio, encargado por la Dirección General del Agua (Conselleria de Agricultura, MedioAmbiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural de la Generalitat Valenciana), también recoge que los residuos flotantes que llegan al río a través de los azarbes, objeto de control por parte de la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) considera que son de origen mayoritariamente agrícola y, por tanto, responsabiliza a los regantes de su limpieza.
La investigación se ha llevado a cabo en al menos ocho puntos: las norias de Moquita y Pando, limítrofes con la región murciana, en la cadena junto al molino de Orihuela, la cadena en Almoradí y en el azud de Alfeitamí, en la reja de Riegos de Levante de la margen derecha, en la pantalla flotante de Guardamar del Segura, en la acequia de Callosa y en el azarbe de Cebadas. La coordinadora de la investigación, Carmen Rocamora, asegura que algunas de las botellas y recipientes que flotan en esas aguas han podido contener contaminantes.
Con volúmenes e impactos medioambientales distintos, el estudio distinguen dos grandes categorías de residuos flotantes: los vegetales y los plásticos. Los primeros suponen un 90% del total de los flotantes en el río, su impacto medioambiental de contaminación es de baja incidencia pero sí supone un grave peligro de cara a las avenidas de agua. Sin embargo, aunque un 10% del total corresponda a plásticos, supone un impacto medioambiental mucho mayor. Daniel Martínez, técnico del Juzgado de Aguas Azud de Alfeitamí de Almoradí, asegura que el porcentaje de plástico en cuanto al volumen total es muchísimo "con lo perjudicial además que es si esos plásticos llegan troceados".
El volumen de flotantes estimado por el estudio a lo largo de un año y en los distintos puntos de muestreo desvela la presencia de 6.143 m3, de los cuales, diferencia de su procedencia geográfica, estima que 1.160 m3 proceden de la Región de Murcia y 4.983 m3 se generanen en territorio de de la Vega Baja. La coordinadora de la investigación remarca que es una estimación a la baja ya que no se han podido atender otros puntos de grandes acumulaciones de plásticos, como la cadena de Formentera o en el azud de Rojales.
Los plásticos vertidos en el río Segura siguen siendo una estampa que no cambia con el paso del tiempo, contaminación que arrastra desde hace décadas. Sin ir más lejos, la CHS realizó trabajos de retirada de los residuos sólidos flotantes acumulados en la barrera antes de llegar a la desembocadura. Entre el 21 y el 26 de febrero llevaron las accines pertinentes y de donde sacaron 71 m3. Diez días después, volvían a aparecer más flotantes en la barrera.