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POÉTICA DE LA AUSENCIA

Vamos a reinventar la memoria histórica

El ensayo Poética de la ausencia dinamita la visión inofensiva de las películas que abordan la Guerra Civil y la Transición

29/08/2019 - 

VALÈNCIA. Existe un fenómeno de saturación derivado de la masificación de productos culturales sobre episodios históricos. Así lo ha subrayado la crítica literaria estadounidense Hortense Spillers al reparar en que la esclavitud en su país se ha convertido en un objeto de “masiva exhibición demográfica y económica”, “un fenómeno tan conocido que parece que no queda nada por saber”.

Algo análogo ha sucedido con el 60 aniversario de la liberación de Auschwitz. El historiador de arte y ensayista francés Georges Didi- Huberman ha señalado la congestión de eventos programados para conmemorar el evento y, como consecuencia, una descontextualización de las circunstancias que desembocaron en tamaña atrocidad.

Este hartazgo anula la reflexión sobre las causas y las secuelas en el presente de trances fundamentales y traumáticos de nuestro pasado reciente. Y España no es una excepción a esta tendencia.

“Vivimos bajo la ilusión de que no paramos de hablar sobre la Guerra Civil y la dictadura, pero en realidad se trata de obras inofensivas, en las que cualquier potencial político está desactivado”, lamenta la doctora en estudios culturales Isabel Cadenas Cañón, quien en su investigación de esta práctica en nuestro país fecha el inicio del empacho a principios de este siglo.

Cuéntame hasta saturarme

Dos fueron los principales hitos del boom. En 2001 se publicaba la novela Soldados de Salamina, de Javier Cercas, y en 2003, David Trueba estrenaba su versión cinematográfica, protagonizada por Ariadna Gil. Entremedias, en 2002, el Palacio de Cristal del Parque del Retiro en Madrid acogía la exposición Exilio, un recorrido por las sucesivas etapas de la diáspora republicana española desde 1939 hasta la proclamación de la Constitución en 1978.

 Isabel Cadenas Cañón

Desde entonces se han facturado un sinfín de películas, novelas, documentales y series extenuantes que suman cientos de episodios, caso de, por ejemplo, Cuéntame como pasó y Amar en tiempos revueltos.

De resultas, hoy tenemos una visión ejemplar de la Transición y a actores políticos del presente minimizando los estragos de la dictadura.

“La mayoría de las obras siguen unas pautas. Del ayer se puede hablar, pero siempre de una manera eminentemente narrativa, trasladándose al pasado, y extendiendo sobre ese pasado el velo de la reconciliación. Son historias tediosamente predecibles, desde series de televisión hasta películas y novelas: los ganadores de la guerra son en general malísimos, los perdedores, a pesar de haber perdido, o precisamente por eso, tienen la dignidad del vencido que les permite salir adelante, son humildes y, sobre todo, saben perdonar. Historias exclusivamente personales, desligadas de las condiciones históricas que las hacen posibles”, detalla Cadenas, que en contraposición a esta dinámica, ha escrito un ensayo, Poética de la ausencia. Formas subversivas de la memoria en la cultura visual contemporánea (Cátedra. Signo e imagen) sobre miradas alternativas a la memoria histórica que cuestionan la oficial.

Grietas en la versión oficial

Son obras poco conocidas, bien por su carácter subversivo, bien por estar inacabadas. Son productos que se sirven de materiales de la realidad y en su expresión artística amalgaman el documental, el ensayo, el cine en primera persona y el cine experimental. Propuestas abiertas, híbridas, “que utilizan técnicas de montaje y de reapropiación para desestabilizar la idea de que el pasado se puede recuperar de manera inocua”, reza la contraportada.

El análisis de Isabel Cadenas Cañón arrancó en el Cono Sur, donde estaba llevando a cabo un análisis de la memoria, especialmente en Uruguay y Argentina. Para su regocijo, encontró en estos países una manera de relacionarse con la memoria no narrativa, no lineal, fragmentaria, que partía del yo y de la búsqueda. “Eran obras, en mi opinión, dialécticas, que es lo que -creo- define a la memoria como tal. Mientras tanto, me parecía que las obras de memoria que nos proponían como canónicas en España estaban muy lejos de aquellas más experimentales, y que había cierto interés, desde ciertas instituciones culturales, por ensalzar obras que trataran el pasado, pero que no necesariamente hicieran memoria: es decir, que hablaran del pasado, pero sin relacionarlo con el presente, y sobre todo mostrándolo de una manera aproblemática y ya cerrada, digamos. Apolítica”, argumenta la escritora.

'Yolanda' de Ignacio Navas

Motivada por su hallazgo, inició su rastreo de proyectos de esa naturaleza ensayística en España y dio con una corriente que lleva a cabo lo que en su libro define como poética de la ausencia.

El maestro y sus aventajados discípulos

Las producciones analizadas en la publicación son el fanzine autoeditado por el fotógrafo Ignacio Navas Yolanda, y la ópera prima de Carolina Estudillo El gran vuelo, en las que se entiende el montaje “como una manera de realizar grietas en el continuum del tiempo y de ejerce una dialéctica entre crítica y emoción”.

Le siguen en el estudio el documental de Alejandro Alvarado, y Concha Barquero Pepe el andaluz, el documental de Oskar Alegría Emak Bakia Baita, la exposición de Beatriz Ruibal Madre y la muestra de Alberto Salván Façades. En todas ellas, “la búsqueda, el desvío y el error son dispositivos que contestan el modelo temporal imperante en el capitalismo tardío”.

Con La memoria es un mirall trencat, de la fotógrafa Noelia Pérez, Cadenas se pregunta cómo funciona lo poético en lo visual. Y, por último, el libro ahonda en el mediometraje de Víctor Erice La morte rouge, y en tres obras sobre madres: la citada Madre y los fotolibros Conocerte otra vez y Este seu olhar, de Carol Caicedo y Maíra Soares, respectivamente.

“Erice ejerce una especie de tutela poética hacia estas artistas más jóvenes, y también un diálogo con las generaciones anteriores”, alaba Cadenas.

Las obras seleccionadas son la punta del iceberg de un movimiento estimulante y creciente. De hecho, la fotografía y el cine de no ficción se encuentran entre los campos de creación más rompedores de la cultura española desde hace unos años. 

Puerta de acceso

Abrió camino en 2004 Documenta Madrid, el primer festival dedicado por completo al cine documental en España. Tras su estela se forjaron dos festivales fundamentales para la exhibición de este tipo de producciones, el Festival Internacional de Cine Documental de Navarra Punto de vista, y la sección D-Generación. Experiencias subterráneas de la no ficción española, en colaboración con el Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria.

En lo que se refiere al estímulo a la creación, dos másteres han sido refugio y acicate, los de Documental Creativo de la Universidad Pompeu Fabra y la Universidad Autónoma de Barcelona.

“Creo de verdad que la poética de la ausencia es una de las estructuras de sentimiento más comunes en la producción cultural alternativa contemporánea: la búsqueda, lo personal, el desvío. Y aquí entran desde Estiu 1993 (Carla Simón, 2017) hasta la última película de Carolina Astudillo, Ainhoa yo no soy esa. También hay obras que no incluí en mi libro pero que sin duda forman parte de esa misma poética, como por ejemplo, La ciudad de los signos de Samuel Alarcón, al igual que su última película, Oscuro y Lucientes”.

Sirva este libro como puerta de acceso a una producción audiovisual que aspira a realizar más preguntas que a facturar respuestas “inoperantes” y “anestesiantes”, resultado de un dirigismo cultural.

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