ELCHE. Multitudinario acto el que se celebró este jueves en el otrora Paseo de Germanías, ahora 'Jardín de la Concordia', rebautizado por el equipo de gobierno de PP y Vox, e intentado resignificar con la cruz de origen franquista, apelando, como hacía el alcalde Pablo Ruz, a un espíritu de la Transición "en el que cabemos todos". Un espíritu, también, el del primer alcalde de la recuperada democracia en Elche, Ramón Pastor (PSOE), que fue homenajeado. Aunque sin duda, la centralidad y monumentalidad de la plaza sigue siendo la cruz (más si cabe tras su restauración y rodeada de parterres), ahora rehabilitada, con un entorno que a pesar de su puesta en valor renuncia al contexto político de lo que fue y a explicarlo. Porque el proyecto ya era otro.
Un acto que llegaba con más polémica estos días atrás por las críticas de formaciones fuera de la corporación como EUPV y PCPV o familias de represaliados por la dictadura, así como el rechazo de asistencia de PSOE, Compromís, CCOO y UGT; todos ellos con el mismo punto en común, consideran un "blanqueo" por el mantenimiento de la cruz, a pesar del homenaje a Pastor. La única exalcaldesa que acudió, Mercedes Alonso. También lo hicieron el invitado 'estrella' Adolfo Suárez Illana, hijo del primer presidente del Gobierno tras la dictadura, o Llanos Massó, presidenta de Les Corts Valencianes, entre otros.
Con todo, las emocionadas palabras de Gloria Pastor, una de las hijas del exalcalde Ramón Pastor, ensalzando los valores y la cintura de políticos como su padre y el de Suárez Illana; así como el entusiasmo de Pablo Ruz en el homenaje a Pastor, no podían esconder el 'elefante en la habitación', esa polémica política que ha arrastrado la iniciativa estos días, con el plantón de la oposición. O la paradoja, al menos para parte de la izquierda, de que conviva en la misma plaza una figura en homenaje a Pastor y a varios metros un monumento erigido por el franquismo en 1944 y que ensalzaba a "los caídos por Dios y por España". Una placa que precisamente retiró el primero en esa vuelta a la democracia.
Este es, entre otros, algunos de los aspectos de los que ha prescindido el proyecto de renovación de toda la plaza, a la que el bipartito quiere resignificar como espacio de 'concordia'. A pesar de la advertencia en su día de profesores de Historia e historiadores locales sobre el ejercicio de revisionismo histórico, o de las resoluciones del Defensor del Pueblo, que reconoce la cruz como un monumento franquista a pesar de que se haya retirado la placa. Algo que aducían, podía ser reconocido por su arquitectura, si bien este es un aspecto sobre el que apenas se ha debitado, y que ponía de relieve en su intervención la concejal Aurora Rodil.
De esta forma, PP y Vox, en aras de esa 'concordia', han cambiado el proyecto, como estaba previsto, renunciando primero al pequeño centro de interpretación sobre los refugios y la Guerra Civil que iba a haber en los exteriores. Una opción 'blanca'. Cambiando ello por unos paneles con mera línea temporal de varios siglos que se limita únicamente a sus cambios urbanísticos, y que de nuevo renuncia a cualquier atisbo de contexto e historia política. Ya no de la guerra y por qué la construcción del refugio, sino del enclave. Porque también tuvo un fuerte contenido político.
Así, mientras que en el cartel de 1932 se indica que "el 14 de abril se inaugura un obelisco dedicado a los protagonistas de la Sublevación de Jaca (1930)", en el de al lado, de 1936, solo se menciona que "El 18 de julio da comienzo la Guerra Civil. La ciudad de Elche formará parte de la retaguardia". Sin mención a esa otra sublevación militar, a quién homenajeaba la cruz, qué tenía lugar en ella (como misas del régimen) o en qué desembocó. De 1940 o 1944 se dice solo que se construyó primero la cruz de madera y después la actual. Así queda, al menos en la parte superior de todo el espacio, un contenido deslavazado: "La Guerra Civil da comienzo".
Se ha optado por no abordar nada en este sentido, evitando entrar a contextualizar lo acontecido en aquellos años, porque revisar es también conocer —para todos—. Tampoco se han utilizado los paneles explicativos de los Derechos Humanos que originalmente se plantearon para abordar la y las dictaduras. Una propuesta de Amnistía Internacional, propulsor original de este proyecto hasta que se cambió —y a quienes no consta que se hubiera invitado este jueves—. El colectivo se reunió con Patrimonio en noviembre de 2023 para intentar rescatar o salvar parte de la idea, sin suerte. Aunque sí hay unos paneles explicativos en el interior del refugio, pero específicos sobre este y otros de la ciudad. Un refugio que por otra parte, el primero restaurado y abierto, que no se mencionó en las intervenciones.
Por último, antes de la visita de las autoridades al refugio y del Himno de la Alegría de la Orquesta Sinfónica de Elche, intervinieron Aurora Rodil y Pablo Ruz. La edil de Vox mantuvo un tono duro y de choque en este inaugural 'Jardín de la concordia' contra la oposición y quienes se han mostrado favorables a retirar la cruz, con una intervención eminentemente religiosa; "bajo esta santa cruz", pero también profundamente política, destacando la "resistencia" para hacer prevalecer la cruz. "Celebrando la victoria del bien contra el mal", por haber mantenido la cruz. "Siempre nos tendrán enfrente. Firme oposición contra quienes quieran atentar contra lo que significa". Decía que frente a ella está "la nada". Y lamentaba que la cruz había sido "fruto de las iras", ahondando en su simbología del "sentido de la vida", "amor extremo", "respeto de la convivencia" y "Occidente" —con su particular 'batalla cultural'—. Acabó entre vítores y aplausos de "¡Viva Cristo Rey!".
Por su parte, el alcalde mantuvo un carácter más mesurado, aludiendo a esa "historia compartida" y del "Elche del abrazo en el que cabemos todos", agradeciendo a Rodil y la plataforma de la cruz por su trabajo para defenderla. Calificó la reforma y el lugar de un "enorme éxito compartido", al reunir a gente de filiaciones distintas, "representantes del espíritu del 78". Incidiendo una vez más en que la cruz es un "símbolo de concordia y perdón, y no de la discordia. Lo que iba a ser un espacio para la confrontación, ahora es para todos". Finalizó apelando a palabras de Ramón Pastor, "me considero un hombre del pueblo y para el pueblo, por encima de siglas".