ALICANTE. No es la primera vez que desde las oficinas de Foguerer Romeu Zarandieta lanzan el mensaje de que los 200.000 euros que Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) y Ayuntamiento de Alicante planean que tenga que desembolsar anualmente el Hércules para seguir haciendo uso del estadio José Rico Pérez constituyen a día de hoy una cantidad inasumible para la entidad, pero el pasado jueves, en la rueda de prensa posterior a la Junta General de Accionistas, ya fue el propio Juan Carlos Ramírez quien directamente expresó públicamente su preocupación por lo anterior e hizo un llamamiento a las partes para abrir una vía de diálogo.
El plan de ambos organismos públicos hace meses que está negro sobre blanco pero no se ha podido formalizar todavía 'gracias' a que el Juzgado de lo Mercantil número 2 de Alicante no solo entiende que el contrato de arrendamiento suscrito en 2007 por Aligestión Integral con el Hércules sigue plenamente vigente pero con el IVF como arrendador, también que la competencia para cancelarlo, como le viene solicitando el banco del Consell, recae en un órgano de la Jurisdicción Contencioso-Administrativa; no obstante lo anterior, la intención del IVF y del consistorio sigue siendo la misma: una vez se logre la cancelación de citado contrato, que el primero perciba del segundo un canon anual de 200.000 euros que luego se le repercutiría al Hércules.
La citada suma supone casi cuadriplicar los 56.000 euros que el Hércules pagó a Aligestión a la finalización de la temporada 2014/15 por el arrendamiento del estadio y triplicar el precio de los cursos 2015/16 y 2016/17, 66.685 y 69.005 euros respectivamente. Cantidades todas ellas que responden al 7% de los ingresos brutos por temporada del club, precio estipulado en el contrato de arrendamiento vigente a ojos del titular del Juzgado de lo Mercantil número 2. Por cierto, la última suma el Hércules solo la ha provisionado, toda vez que, pese al cambio de titularidad de la instalación que hubo en marzo nadie se ha dirigido al club para reclamar el pago (una parte de los 69.000 euros le correspondería percibirla a Aligestión, una sociedad en liquidación, y la otra al IVF).
Unos 100.000 euros de mantenimiento cada temporada
Además de registrar el citado gasto de 69.005 euros "por prudencia", el Hércules también contempla en sus cuentas del ejercicio pasado otro desembolso de más de 100.000 euros en lo que a mantenimiento del estadio se refiere (el citado contrato de arrendamiento suscrito en 2007 establece que son por cuenta del arrendatario y esa es también la intención de Ayuntamiento e IVF de cara al futuro), suma que en el presente ejercicio se va a duplicar como consecuencia de la sustitución del terreno de juego y de los nuevos banquillos con motivo del España-Albania, si bien desde el club blanquiazul esperan que la liquidación que todavía tiene pendiente realizar la Real Federación Española de Fútbol respecto al citado encuentro termine, al menos, compensando el desembolso realizado por el club.
Es decir, que si Generalitat Valenciana y Ayuntamiento de Alicante llevan a cabo sus planes, el uso del Rico Pérez le supondría al Hércules un desembolso anual de unos 300.000 euros. Cantidad en Segunda División B que el club no puede permitirse y que en Segunda A podría asumir pero, teniendo en cuenta el deplorable estado de la instalación, impropia de una ciudad que presume de ser la décima de España, resulta desproporcionada.