EL CAMPELLO. Fomentar la lectura incluso en verano. Esa es la esencia de las biblioplayas instaladas en los arenales de Carrer La Mar y Muchavista de El Campello. Dos casetas en las que, además de nutrir el hábito lector, se fija como finalidad máxima "que aquella persona que lea un libro pueda volar con la imaginación, porque la lectura nos hace más libres y nos permite imaginar otra sociedad posible. Y es que la lectura va más allá del hábito; es un crecimiento personal", considera Daniel Alberola, bibliotecario municipal.
En definitiva, el servicio de biblioplaya trata de "acercar la lectura tanto a residentes como a turistas en los espacios donde más gente hay en verano, que es en primera línea de playa", sitúa. Toda aquella persona que desee enriquecerse culturalmente y beneficiarse de los fondos literarios que posee El Campello deberá ser socia de la biblioteca municipal. Un carné con el que el usuario o usuaria podrá retirar libros tanto de las dos biblioplayas como de la biblioteca, siempre devolviendo el ejemplar en el punto en el que lo ha tomado prestado.
Con este carné una persona adulta puede retirar un libro por semana, mientras que el infantil permite dos. El protagonista absoluto en las biblioplayas en la sección para lectores adultos es la novela, "con alrededor del 60% del fondo", aporta el dato. "Un 35% serían los cuentos infantiles divididos por edades y entre un 2 y un 3%, los libros informativos y de no ficción", barema.
Dentro de estos porcentajes, uno de los grandes atractivos que presenta el servicio de biblioplayas son las novedades que se publican entre los meses de marzo, abril y mayo de ese mismo año. "Eso le da un aire refrescante, porque las últimas novedades editoriales que han salido al mercado las tenemos incorporadas en las biblioplayas", comenta Alberola. Si bien los préstamos se pueden renovar una semana adicional, se intenta que estas novedades no se alarguen, con el objetivo de que el máximo número de usuarios pueda disfrutar de ellas. "En principio, en 15 días un libro se puede leer si se le dedica un poco de tiempo cada día", alienta.
Una vez devuelto el ejemplar y para poder prestarlo a un nuevo lector o lectora, el protocolo establece que los libros tienen que pasar 72 horas aislados. "Nosotros los tenemos una semana", matiza el bibliotecario. Y, además, enumera las medidas de seguridad que mantienen con relación a la pandemia: "Cuando atendemos a la gente le ponemos gel hidroalcohólico en las manos y nosotros también los usamos constantemente, desinfectamos todo el material que puedan utilizar como son bolígrafos o la barra donde se atiende y también tenemos instalada una mampara protectora".
Aunque las biblioplayas han podido abrir un verano más, es cierto que la covid-19 ha obligado a modificar ciertos aspectos de su oferta total: en primer lugar, ambas casetas permanecerán abiertas durante menos de dos meses, desde el jueves 9 de julio hasta el sábado 30 de agosto. Resulta necesario destacar que ambas se encuentran disponibles en horario de 18:30 a 20:30 horas, si bien en días alternos, funcionando la de Carrer La Mar los martes, jueves y sábados, mientras que la de Muchavista está operativa los lunes, miércoles y viernes.
Además, ciertos servicios se han visto suprimidos, tales como el préstamo de prensa y revistas que sí se ofertaba el resto de años, así como tampoco se han instalado las mesas y sillas delante de las biblioplayas para que el usuario o usuaria pueda sentarse a leer. Pero uno de los mayores inconvenientes es, quizás, que los interesados no pueden acceder dentro de las casetas para buscar y ojear el libro que deseen llevarse.
Un problema que el personal de las biblioplayas -así como también el de la biblioteca central- está solucionando al ofrecer atención y recomendaciones personalizadas para el usuario: "Si la persona no tiene claro el libro que se quiere leer le ayudamos a seleccionar su lectura de una forma más personal, preguntándoles qué tipo de literatura le gusta y orientándole". De manera adicional, en la biblioteca central la gente utiliza el catálogo online para seleccionar aquellos libros que puedan ser de su interés.
El servicio de biblioplayas se puso en marcha de forma ininterrumpida a partir de 2003 en la playa Carrer La Mar y en 2006 en Muchavista, si bien es cierto que con anterioridad se llevó a cabo una experiencia piloto, en 1993. El Campello no es el único municipio costero que cuenta con estas casetas de lectura, pues no es necesario moverse de la provincia de Alicante para encontrar otras localidades que también ofrecen estos puntos lectores, como Benidorm. Sin embargo, "en un test que llevó a cabo la Conselleria hace años calificaron a las biblioplayas campelleras como bastante buenas. Un análisis que realizaron a varias instalaciones de este tipo en la Comunitat", apunta Alberola.